- Hola, papá - le di un beso en la mejilla - ¿y mamá?
- En la casa de la vecina, está planchando la ropa, el almuerzo está listo.
- Gracias, ¿qué tal tu día? - pregunté mecánicamente.
- Cansado, la venta de empanadas a veces es agotador, recorrer todos esos caminos.
- Si, como sea, iré a mi cuarto.
- ¿No comerás?
- No, tengo el tiempo justo para llegar a la oficina.
- ¿Ese arquitecto si te respeta? - esa pregunta estaba fuera del lugar.
- Obviamente, él es todo un caballero. - mi tono de voz aumento.
- Más le vale a ese hombre no posar los ojos sobre ti, eres muy bella y cualquiera quisiera tenerte a su lado.
- La diferencia es que yo no me fijo en cualquiera. - camine hasta mi cuarto y cerré la puerta con seguro tras de mí, deje mi bolsa en la cama junto a mis libros y mi laptop, no veía la hora de salir de aquí, mi papá cada día era más insoportable, lo único bueno era mi mama pero no lo suficiente como para quedarme por mucho tiempo viviendo entre tanta pobreza que no merecía.
- Buenas tardes, Claribel ¿llego Juan Pablo?
- El arquitecto Moncada aun no llega. - me respondió con una sonrisa falsa.
- ¿Y Emiliano?
- El arquitecto Moncada está en su oficina.
- Gracias, y una sugerencia, no desabotones tu blusa, no les queda a todas ese truco. - camine hacia la oficina de Emiliano sabiendo que Claribel me está mirando eufórica, arregle mi cabello un poco más y toque la puerta de la oficina.
-Adelante. - escuche su voz.
- Buenas tardes, arquitecto Moncada, le traigo los papeles del contrato para el proyecto del parque central, su hermano requiere su firma.
- Oh si, por supuesto, toma asiento, Isabel y ya te he dicho que me digas por mi nombre, dejemos esos formalismos que me haces sentir viejo.
- Usted no es viejo, pero por respeto prefiero seguir guardando el protocolo.
- Insisto, llámame por mi nombre.
- Esta bien, Emiliano. - sonreí y me acomode en la silla mientras el firmaba los papeles.
- Muchas gracias, ahora si me retiro, tengo que esperar a tu hermano en la oficina.
- ¿Qué posibilidades hay de que trabajes conmigo y no con él? - sonrió.
- Las mismas posibilidades de que hoy llueva. - me levante de mi asiento ante su sonriente mirada y salí de la oficina, pase a lado de Claribel y entre a la oficina de mi arquitecto, aun no llegaba por lo que deje mi bolsa en el sofá y me apresure a ordenar el escritorio.
Vi la carpeta que contenía todos los documentos del proyecto de Fernando de la Vega y la abrí, las sumas detalladas ahí eran altas, este proyecto era millonario, escuche la voz de Juan Pablo afuera y cerré la carpeta, rodee el escritorio de manera que quede frente a la gran ventana simulando que estaba distraída.
Escuche el sonido de la puerta al abrirse y me incline un poquito más, como queriendo alcanzar algunos papeles lejanos, el no hacia ningún movimiento, por lo que rápidamente deduje que me estaba mirando y, ¿cómo no hacerlo?
Tome los papeles y los guarde en la carpeta, con la cara más ingenua que se me hizo posible imitar, me di media vuelta - Arquitecto, no lo he sentido llegar, estaba archivando los documentos - su mirada era de deseo, no sabía cómo actuar, se había quedado ahí parado en el umbral de la puerta. - ¿sucede algo?
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EL ROSTRO DE LA AMBICIÓN
RomanceEl dinero es todo lo que ella busca y es lo único que tomara en cuenta cuando conozca a su profesor de arquitectura, su objetivo es claro, desea ser millonaria al precio que sea. Isabel Arismendi es bella, inteligente, talentosa y decidida, la muje...