- ¿Así acaba todo?
- ¿A qué te refieres? - uní mis manos lentamente.
- Después de que luchaste tanto, pasaste por encima de las personas que te querían, sacrificaste todo lo bueno que tenías y ¿este es el final? Exijo un final de verdad, no este.
- Tu mismo lo estás diciendo, lastime a demasiadas personas, no tengo ningún derecho a tener un final feliz, esto fue lo que yo construí al estar con las personas equivocadas.
- Seguirás lastimando a la persona que más te importa si decides quedarte aquí, todas las personas tenemos nuestro momento y aún no es el tuyo. - jugó con una piedrecita que estaba bajo su pie,
- El merece ser feliz, desde que yo entre a su vida todo fue una mentira, quizás Cady logre darle toda la felicidad que yo soñé darle pero no pude por ambicionar siempre más de lo que tenía, mi madre tenía razón y no la escuche cuando debía.
- Tienes una segunda oportunidad para remediarlo todo, lucha por el, lucha por tu vida, todos te aman, siempre lo dijiste, eres insustituible, eres Isabel Arismendi.
-Ni siquiera sé cómo regresar, ni siquiera sé dónde estamos ¿tú porque no regresaste?
-Te lo repito, todos tenemos nuestro momentos y llego el mío, la sobredosis solo fue una excusa para lo inevitable, me perdí de mi destino e hice cosas malas por odio, te debo una disculpa.
-Debes estar bromeando - estire mis piernas al aire - yo soy la que te debo mil disculpas a ti, jugué a mi antojo contigo todo el tiempo, me separe de la mujer que realmente quería su de tu familia, incluso tu hermana pago las consecuencias.
-Isa, jamás me obligaste a nada, cada personas es responsable de sus actos y tiene que asumirlos como tal, yo me dejé llevar por la pasión que tú representabas, es más, le hiciste un favor a Michelle al separarla de mi, yo no la merecía, fui solo un patán en su vida y ella, merece un hombre que la ame con la misma intensidad que ella lo hace.
-Si logro volver con Juan Pablo, ¿te volveré a ver?
-No lo sé, ni siquiera sé cómo fue posible esta conversación - se levanto - pero quiero que seas feliz, en mi honor, en el de tus amigas, en tu honor propio, no te rindas ahora, no cuando ya lo has conseguido todo y tienes una nueva oportunidad, no te rindas, no te rindas, no te rindas...
Abrí los ojos en un rápido impulso y la luz me molesto de sobremanera, esa sensación ya era familiar, mi cuerpo estaba saliendo como de un letargo porque no me respondía con la rapidez acostumbrada, mire a mi alrededor y estaba en una habitación rosa pálido, muy grande, sábanas blancas y suaves, de no ser por el dolor físico me sentía bien, creo que mejor de lo que merecía.
- Isabel - escuche la voz que más extrañaba - aquí estoy, mi amor. - su mano se hizo más firme sobre la mía.
- Juan Pablo... hola - estaba débil - me alegra que seas tú lo primero que veo.
- Hola, mi bella durmiente ¿cómo te sientes?
- Bien... Creo - dije despacio - ¿dónde estoy?
- En una clínica, ¿recuerdas algo?
- Si, es decir, más o menos - pase mi otra mano por mi cabeza con despacio por el suero que tenía conectado a ella - me sorprende estar con vida, recibí algunos disparos. - hice una ligera mueca por el malestar.
- Los impactos de bala que recibiste no perforaron ningún órgano importante de tu cuerpo... Pero si llegaste en un estado crítico por la pérdida excesiva de sangre, gracias a Dios, los hombres que te persiguieron no eran profesionales, eso facilitó las cosas. - tu tono de voz reflejaba alivio.
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EL ROSTRO DE LA AMBICIÓN
RomanceEl dinero es todo lo que ella busca y es lo único que tomara en cuenta cuando conozca a su profesor de arquitectura, su objetivo es claro, desea ser millonaria al precio que sea. Isabel Arismendi es bella, inteligente, talentosa y decidida, la muje...