CAPÍTULO 17

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- Buenas tardes - salude a la empleada - con permiso.

- Propio, señorita. - se hizo a un lado y yo entre a la casa, todo estaba igual que hace dos días que me había ido.

- Isabel. - salió Emiliano de la cocina.

- Hola.

- ¿Has venido a hablar con mi hermano? - parecía alegrarle la idea.

- No, solo que he olvidado unas carpetas y he venido a recogerlas.

- ¿Dónde estás viviendo?

- No te lo diré, no quiero que le digas a tu hermano que estuve aquí.

- Isa, ¿estás segura?

- Por supuesto, él me engañaba con Cady, tú mismo me lo dijiste que los habías visto en situaciones incomodas.

- Si, pero Juan Pablo tiene otra versión.

- Sé que siempre estarás de lado de tu hermano, pero esta vez no podrás convencerme.

- Ustedes se iban a casar.

- Él fue quien hecho todo a perder al traicionarme con otra que no me llega ni a los talones.

- Quizás necesiten hablar.

- Ya escuche suficiente de él, no quiero saber nada más, ahora si me disculpas iré a mi cuarto a buscar la carpeta. - subí las escalera y vi como Emiliano me miraba, justo lo que quería, el hermanito menor aun seguía suspirando por mí. -

Entre a mi cuarto y todo seguía intacto, en la mesa de noche reposaba una imagen de Juan Pablo y de mí en uno de nuestros viajes y al lado la primera foto en Maracaibo, "cálmate, Isabel" me repetí una y otra vez, el amor no te lleva a ningún lado, el dinero en cambio a muchos, fui hasta mi escritorio y saque la carpeta que buscaba, la puerta de mi cuarto se abrió.

- ¿Encontraste lo que buscabas?

- Si - alce la carpeta - aquí esta, gracias por dejarme pasar, ya me voy.

- ¿Nunca más te volveré a ver?

- Creo que no, pero te deseo lo mejor con Jessie y con la constructora también, de todo corazón, jamás quise ocasionar tantos problemas.

- No te vayas, Isabel, mi hermano de verdad te necesita a su lado, él te ama y te lo ha demostrado muchas veces.

- También me ha demostrado que es muy débil con las mujeres. - suspire.

- ¿Y si hablas con él?

- Ya no hay nada que arreglar - me acerque a el - eres una de las mejores personas que he conocido. - le di un beso en la mejilla.

- Eres excepcional. - me miró fijamente y apretó mi mano.

- Cuida de Juan Pablo, no dejes que se refugie en la bebida, por favor.

- Por supuesto, él no valoro a la maravillosa mujer que tuvo a su lado.

- Así es la vida. - le mantuve la mirada fija y el también, sin pensar se acercó a mi rápidamente y me beso, sin más, sin permiso, busco mis labios y fue un beso rápido, que no correspondí para mantener mi teatro y me separe enseguida.

- Emiliano, creo que te has equivocado. - lo mire directamente a los ojos.

- Isabel, no podía resistir más. - me miró con culpabilidad.

- Esto es un error. - pase por su lado y salí corriendo del cuarto, una vez bajadas las escaleras empecé a reír, me fui de casa antes de que Emiliano me diera alcance.

EL ROSTRO DE LA AMBICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora