CAPÍTULO 9

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- Mauricio - me aferré a sus brazos cuando lo vi llegar - fue horrible.

- ¿Qué paso, Isabel? - su tono era de verdadera preocupación.

- Michelle vino - me separe de sus brazos con lágrimas en los ojos - y me acuso de ser tu amante, dijo que tú me habías dado todo esto a cambio de otros favores, me golpeo, yo trate de explicarle que tu y yo luchamos contra este sentimiento, pero no quiso escuchar.

- Tranquilízate, Isa - me rodeo con un brazo mientras que con el otro cerraba la puerta - yo le dije a ella que no podía fijar una fecha de compromiso, así como tú me lo pediste, porque supe que tenias razón, no podía hacerla sufrir más, a quien amo es a ti.

- Y yo a ti, pero sabía que estos sentimientos iban a traer problemas, no sé porque tuve que enamorarme del novio de mi mejor amiga. - me aferre a su abrazo.

- Esto no es culpa de ambos, solo se dio, Dios sabe que luchamos por estos sentimientos durante tres meses, pero de verdad yo no soportaba más.

- Yo tampoco, te quiero tanto - cruce mis manos sobre sus músculos y lo bese, poso sus manos alrededor de mi cintura y me alzo en peso, camino y me llevo hasta el sofá - detente, Mauricio, por favor. - interrumpí el beso.

- ¿Por qué, Isa? - me miro fijamente - ya llevamos saliendo meses, ahora estoy libre.

- No me tientes, por favor - puse mi mano en su mejilla - yo me muero por estar contigo, pero he hecho una promesa de castidad a mis padres y por favor no me hagas romperla, no estaría bien conmigo misma.

- Isa, por favor. - beso mis labios rápidamente.

- Por favor a ti, ayúdame a mantener mi promesa.

- Esta bien - se levanto con una leve frustración y me ayudo a hacer lo mismo - te quiero tanto, Isa, que te apoyare. – sonrió.

- Gracias, no sabes cuánto esto significa para mi, ¿salimos?

- ¿Parque Central?

- Es uno de los privilegios de vivir en esta urbanización.

- Vamos. - tomo mi mano y salimos del departamento, pasamos una tarde increíble, Mauricio era amable y sobre todo tenía mucho dinero pero no sentía nada por él, ni por nadie, aunque debía disimular que si, tanto me quería que había hecho todo lo que le había dicho, Michelle ya era historia.

- Fue un día fabuloso, ¿nos vemos el lunes?

- Tengo trabajo, Mauricio, pero te estoy llamando.

- Te extrañare.

- No sabes cuánto te extrañare yo. - le di un beso corto y después cerré la puerta.

¡Idiota! Fui hasta el baño y me di una ducha, salí después de 40 minutos y me puse una ropa cómoda, el timbre de mi puerta volvió a sonar.

- Katty - sonreí al verla - pasa.

- Isa, ¿vas a hacer algo?

- No, ¿por?

- Tengo entradas al teatro, iré con Lucas, ¿te apuntas?

- No, acabo de venir con Mauricio y me siento cansada.

- Macarena ya me contó todo lo que paso entre tú y Michelle.

- ¿Y ella como lo sabe?

- Al parecer Michelle se ha refugiado en ella.

- Es patética. – puse los ojos en blanco.

- Si, lo sé, pero tú te saliste con la tuya - se encamino hasta la sala y se sentó - ¿y qué piensas hacer con Juan Pablo?

EL ROSTRO DE LA AMBICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora