mi pareja, su hija y la nuera IV

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-Hoy pase, pero ya aprenderás unas normas básicas, ya te informaran mis sumisas

-Rocio. -Si SEÑOR, pero es que quiero salir de aquí ya.

Bajamos al coche, salimos de su casa y nos dirigimos a la mía

Me miro...

-Rocio. -Gracias, pase lo que pase gracias...

Así acabo el capítulo anterior...

Nos dirigimos hacia mi casa, sin hablar, yo de vez en cuando la miraba, y se podía ver tranquilidad en su rostro, como si se hubiese quitado un gran peso de encima. Llegamos a mi casa y una vez que deje mi coche en el garaje, y subimos al piso, aun sin hablar, pues ella me seguía, la únicas palabras que cruzamos, fue cuando intento coger sus cosas del maletero y yo le dije que las dejara alli, que no le iban a hacer falta hoy.

Una vez entre, me aparte para que ella lo hiciera...

-Desnúdate, solo te quiero con las medias.

Se saco la blusa, y dejo caer la falda al suelo, terminando por quitarse lo tenis que llevaba puestos, por lo que se quedó solo con las medias beige. Como no sabía que hacer se quedó de pie alli mismo, esperando a que yo hablase.

-Yo voy a darme una ducha, mientras ve a la cocina y mira en el frigo a ver si hay algo para picar, porque hoy he cambiado la compra, por estar contigo, asi que no se si habrá mucho, pero mientras estoy en la ducha, prepárame una coca cola, en uno de los cajones del frigo tiene que haber hielo, y tú ponte lo que quieras, creo que de bebidas hay de todo.

Ella se dirigió a la cocina, y yo me fui a la ducha.

He de decir que a mi piso no suelo llevar a nadie, era la primera vez en mucho tiempo que entraba una mujer, o mejor dicho una sumisa, porque visitas de mis amigos sí que recibía, pero también de tarde en tarde.

Cuando salí de la ducha solo con un pantalón de deporte, vi que había sacado algo de embutido y lo había puesto en la mesita junto al sofá, pero ella permanecía de pie.

-Siéntate Rocio, primero vamos a hablar con tranquilidad, pero hoy no va a pasar nada más, es más, hoy puedes dormir en mi cama o en el sofá, pero como ya te he dicho, no va a pasar nada, solo lo que ya ha pasado.

-Rocio. -Gracias SEÑOR.

Eso me gusto, pero tampoco quería precipitar nada, porque la mente de una sumisa, a pesar de lo que muchos creen, es complicada, y no quería cometer ningún error, porque lo que había pasado hasta ahora, es que la había liberado de una sumisión errónea, y no me gusta que se convierta en mi sumisa por agradecimiento, porque eso al final no sale bien.

-Por ahora me vas a tutear, me vas a llamar por mi nombre Rocio, y aunque mañana o en días sucesivos estes presente cuando yo este con tu madre, tu hermana y tu cuñada, no vas a ser una del grupo. Hasta que no solventemos del todo el tema de tu ex, no podrás participar, y tienes libertad para estar con nosotros o retirarte, pero eso sí, en principio en ningún momento vas a estar sola, si no quieres estar con nosotros, estarás en tu habitación, y cuando salgas a la calle, lo harás siempre en compañía.

A trabajar iras y vendrás con tu madre, y si sales a cualquier otro sitio, siempre ira alguna de las tres, o si estoy yo y puedo, yo te acompañare. Lo mismo no pasa nada y el capullo de tu ex acepta la separación, y mañana mismo esto mismo que te estoy diciendo ya no tiene validez alguna. ¿Queda claro?

-Rocio. -Si Raul, y no sé cómo agradecértelo, en unas horas has sacado de mí, lo que nadie, asi que no creo que esto sea un capricho, y de mi ex, pues la verdad que no sé cómo va a reaccionar, pero, aunque no le guste, no creo que pase nada, porque a él le preocupa mucho las apariencias, asi que nadie se va a enterar de lo que ha pasado en su casa, porque siempre me ha dejado claro que es su casa, pero de todas formas gracias.

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