-Buena chica. Vamos a movernos a la habitación ¿de acuerdo? De momento solo han sido pequeños placeres.
-Serás capaz de darme mayores placeres.
-Si
-Está bien de rodillas y sígueme.
Obedeció, estaba entendiendo lo que comportaba la sumisión. Ya en la habitación hice que se levantara, había ya anochecido, cerré las cortinas, encendí una luz tenue acompañada de velas, puse música suave y sensual. Al ir gateando las medias se habían roto en una de las rodillas. Hice que se quitara el body.
-Como has sido buena hasta ahora, besa los pechos de tu Ama. Eso te hará sentir bien.
-Tus pechos son simplemente encantadores.
-Estoy segura de que querrás algo más. ¿Quieres succionarme los pezones?
Elsa esbozó una sonrisa. -Dios mío, esas tetas son hermosas -. Y como se fuera un bebe acercó los labios a los pezones.
-Apuesto que los tuyos les encanta ser acariciados.
-Sí, me gusta hacerlo, lo hago a menudo.
-¿Por qué no me enseñas cómo los acaricias? Empezó primero suavemente para después amasárselos bruscamente.
-Apuesto a que les gusta también ser pellizcadas. ¡¡Hazlo!! Muéstrame como lo haces.
-Si Ama, lo hago. ¡Ay Mmm! Pellizco. ¡Ay Mmm!
-Más fuerte querida, o quieres que lo haga yo -Me puse a su espalda pasé los brazos la abracé agarrándole firmemente los pechos. Ella empezó a gemir cuando empecé a golpeárselos con la palma de una mano.
-¿De quién son estas tetas?
-Mis tetas son tuyas para lo que tú quieras.
-Oh, ¿Te gusta esto? Vamos a ver -Me incliné y pasé una mano entre sus nalgas para alcanzar el coño. Separó las piernas para facilitarme el acceso.
-Sí ama, me gusta.
-Muéstrame lo mojada que estás. Ábrete para mí. Oh, qué niña tan traviesa. Esto te está excitando, ¿no es así? Eso no está bien.
-Sí ama, supongo que no está bien.
-¿Te masturbas cuando juegas con tus tetas?
-Sí, siempre. Me excita y me produce placer.
-Pues ahora quiero ver como lo haces. Quiero ver cómo te frotas el coño para mí.
-Sí, no, yo nunca... En fin lo hago, lo hago -Estaba nerviosa, pero vulnerable y, entregada a ser utilizada. Verla de aquella manera era una sensación especial y morbosa
De pie, abrió las piernas flexionándolas un poco, paseó sus dedos separando los labios ya excitados y deslizó un dedo hacia el interior lo movió unos segundos y metió un segundo dedo. Aumento la fricción y me sorprendió cuando ella misma empezó a insultarse. -Soy una perra, cerda, guarra... -De pronto se estremeció, gimió y cayó de rodillas.
-Genial, ¿verdad? Si quieres ser mi pequeña perra, te voy a tratar como una perra sumisa.
Elsa, levantó la mirada y asintió.
-Me gusta estar contigo ama, acepto mi sumisión y seré una perra sumisa.
La vi dispuesta a seguir el juego, le pregunté: -¿Qué te parece tu ama?
-Tentadora y deseable -me contestó mientras se levantaba, mirándome apasionada. Pero cuando intenta tocarme, le di un manotazo y regañándola, le digo:
ESTÁS LEYENDO
Relatos Eróticos
RandomPara satisfacer tus necesidades. Contenido explícito de todo tipo. Para todos los gustos. Algunos serán de mi prioridad y otro serán sacados de internet. Pueden hacer pedidos de todo tipo. Puede tener mala ortografía.