𝐒𝐓𝐀𝐘

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La azabache caminaba lentamente acomodando el ramo de flores que sostenía en sus manos, se trataban de unos rosas blancas que había cortado de camino. Sonreía de una forma tan genuina que parecía contagiar a todas los sueños y las pesadillas que la veían pasar.

Cómo era costumbre desde que se había vuelto la Reina de ensoñación, salía del palacio para recorrer cada centímetro de su reino. Su carácter alegre, cálido y amable, lo que los hacía pensar como es que había acabado con Morfeo.

—Lady Amaia— la bibliotecaria se reverencia ante ella—. Lord Morfeo está en la sala del trono.

—Lucienne— Amaia no tarda en acercarse a la mujer con una expresión risueña—. Aquí tienes, son para ti.

—Mi lady...— recibe el ramo—. No debió hacerlo, seguramente se lastimo con las espinas.

—No fue así — aseguro mostrando sus manos—. Estaba en el suelo de un jardinero y me las entrego— confesó—. Espero que queden bien con la biblioteca, debo irme.

Amaia apresuró su paso, Lucienne sonrió suavemente para dirigirse a la biblioteca y acomodar el ramo recién entregado. Jessamy aterrizó en el hombro de la azabache cuando ella cruzo la gran puerta.

—Justo a tiempo— dice ella acariciando las plumas de Jessamy.

—Aún no entiendo esa afición tuya de pasear por el reino todas las mañanas— Morfeo estaba sentado en su trono, mirándole fijamente—. Puedes ver el reino desde aqui.

Señala el trono a su lado. Amaia se detuvo antes de llegar.

—Buen día, querida— Amaia se saludo sola imitando la voz de Morfeo subiendo los escalones lentamente—. Buen día, para ti también, cariño.

Una de las camisuras de Morfeo se elevó en una sonrisa ladina.

—Buen día, querida— repite.

—Y si, tal vez puedo verlo desde ahí— continúa su caminata levantando un poco su vestido eran muchos escalones—. Pero vivir cada sueño o pesadilla es fascinante para mí.

—Eres extraña, Amaia.

—¿Debería tomarlo como un halago o como un insulto, mi Lord?— pregunta con inocencia sentandose en su trono cuidadosamente haciendo que Jessamy se colocará ahora en su regazo.

—Es un halago— sostiene la mano derecha de la azabache para darle un beso pero se detuvo antes de hacerlo.

Ambos se dieron cuenta del escape de una pesadilla. Morfeo soltó la mano de Amaia antes de ponerse su yelmo e irse al mundo de la vigilia sin medir más palabras con su amante.

Un suspiro salió de los labios de la reina quien regreso su mano a su regazo, dónde incluso Jessamy inclinaba su cabeza despidiéndose apropiadamente para seguir a su amo.

Empezó a hacer sus labores respectivamente esperando la llegada de su acompañante, el tiempo transcurrió rápidamente ensimismada en su trabajo que no se dió cuenta cuando una joven de cabellos azules se paraba frente a ella por tercera vez.

Había aplazado tanto la hora del té para compartir un momento más con Morfeo pero después de todo está vez, debería tomarlo sola nuevamente.

—Mi señora— Adalet, la única persona que le siguió tras abandonar su hogar—. El te está listo, de nuebo, ¿Esperaremos a Lord Morfeo?

Amaia cerro su libro, estirando sus extremidades antes dejar sus labores. Sonrió amistosamente levantándose.

—No, tomaré el té sola— indico.

𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎- 𝐓𝐡𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐝𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora