𝐃𝐄𝐀𝐓𝐇

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La pareja caminaba lentamente por las calles en dirección a un parque. Habían pasado una velada extraordinaria, por ello se quedaron en el apartamento de la arcangel. Morfeo sugirió un paseo en el parque para encontrarse con su hermana mayor de casualidad.

Amaia no se negó, Muerte adoraba a la arcangel, tal vez por su naturaleza. O tal vez porque se trataba de la esposa de su hermanito menor favorito.

Morfeo compro un pedazo de pan en el camino.

—Alimentar palomas es importante— confiesa Morfeo hacia su esposa.

Ella sonríe.

—Si, es importante, cariño— asiente sentandose en la banca junto a su esposo.

A la sombra de un enorme árbol, la suave ventisca hacia que sus cabellos se mecieran. El rey del sueño le quitó un cachito al pan para atraer a las aves. No tardó un segundo cuando las palomas se acercaron.

En el lugar habían personas jugando a la pelota, platicando mientras caminaban o paseando a sus mascotas.

—¡Cuidado!—la azabache atrapó un frisbee con la mano antes de devolverlo con una sonrisa.

Gracias a sus exelentes reflejos eso no era nada.

—Ire por una malteada, ¿Quieres una?— pregunta amablemente la pelinegra.

—No, mi reina, ve con cuidado— el rey sigue lanzando migajas dedicándole una sonrisa a su esposa.

Amaia se levanta con cuidado para no espantar a las aves. Ella saco su teléfono hablando con unas de sus colegas en el hospital. Llegó a una cafetería pidiendo una malteada de chocolate pagando por ella.

Una sonrisa se dibujo en su rostro cuando una de sus colegas le envío una foto de ella junto a Morfeo derrochando amor por cada por de su piel y los ojos embelesados.

Guardo la imagen. Ahora que lo pensaba, ya tenía mucho tiempo desde que ella había pintado por última vez. Pero sin duda alguna lo intentaría de nuevo por retratar esto.

—Aquí tienes— recibió su pedido.

Sonrió radiante tomando la malteada dándose cuenta de que debajo de ella había una servilleta con un número telefónico. Ríe por lo bajo tomando está.

La chica que le había atendido le guiño el ojo coqueta antes de volver a la caja registradora. Era un arcángel, una de las creaciones más bellas de Dios, obviamente los simples mortales quedaban deslumbrados por ella.

No quería ser descortés, así que una vez saliendo de la cafetería tiro la servilleta, no necesitaba a alguien más en su vida.

Llevo el popote a sus labios volviendo a dónde había dejado a su esposo. Y para su sorpresa Muerte estaba parada frente a el. Por la expresión de Sueño, lo estaba regañando.

—¿Que sucede por aquí?— Amaia avanzo rápidamente asomando su cabeza por el costado de Muerte.

Ella se sorprende. Lanzando el pedazo de pan al pecho de su hermano.

—¡Mai-Mai!— Muerte rodea con sus brazos a la arcangel efusivamente.

Morfeo toma la malteada de su esposa para que está corresponda el abrazo de su hermana mayor. Amaia y Muerte se balancearon de un lado a otro en el abrazo. No habían tenido una conversación apropiada luego de unos años ya que Muerte tuvo mucho trabajo.

Y la veía ocasionalmente en el hospital, solo eran saludos fugaces.

Ya que Muerte estaba abrazando a la arcangel con vista a todo el parque pudo prevenir que un balón le diera en la cabeza. La más pequeñas se separó de la rozada quien aún sostenía el balón.

𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎- 𝐓𝐡𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐝𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora