𝐌𝐘 𝐋𝐀𝐃𝐘?

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—¿Estás bien, mi reina?

Amaia niega con la cabeza, no extrañaba volver a Ensoñación de la forma en la que Morfeo lo hacía. Se alejo de el para comenzar a vomitar. El hombre se acercó para ayudarle con el cabello para que esté no se manche.

—Esto me trae malos recuerdos—la muchacha comienza a utilizar sus manos para crecer ráfagas de viento—. No te rías, estás en periodo de prueba. Recuérdalo.

Morfeo oculto su sonrisa sacando un pañuelo de su bolsa para entregárselo.

—Cuando pisaste por primera vez Ensoñación también vomitaste— recordo el eterno.

Limpio las comisuras de sus labios con cuidado levantándose mientras utilizaba magia para limpiar su desastre. Morfeo suelta el cabello de la azabache.

—¿Y me puedes culpar?— dobla el pañuelo para guardarlo—. Tu llevas eones haciendo esto.

—Te volverás a acostumbrar, Amaia— asegura el dándole la mano para abrir la puerta de Ensoñación.

El reino que tanto añoraba con melancolía ya no era más lo que recordaba. Parecía un páramo desolado, gris y sin vida, a lo largo incluso el palacio estaba muy mal.

—Cuando dijiste que tu reino se caía a pedazos, creí que era una metáfora— confiesa con total sinceridad—. Pero si se está cayendo a pedazos.

Comparten una mirada, Amaia le dedica una sonrisa dulce. Ella amaba el reino y claro que le dolía verlo de esa forma tan vacío.

—No tenemos tiempo que perder— Morfeo le devolvió la sonrisa para caminar hasta el palacio poniendo con cuidado su palma en la espalda de su esposa.

—Lo mejor será que te adelantes para buscar a Johanna Constantine— pide Amaia—. Me tengo que cambiar, manche un poco mi ropa.

—¿Estás segura?— pregunta sinceramente el eterno.

—Si, se cómo volver al mundo de la vigilia sin...

—¡Mi lord!— los dos buscaron a la persona que los habían interrumpido, siendo la inconfundible Lucienne—. Mi... Mi... ¿Mi lady?

Amaia esbozó una sonrísa divertida.

—¿Que sucede, Lucienne?— pregunta ella—. ¿Viste a un fantasma?

La bibliotecaria sonríe con nostalgia.

—Me alegro de volver a verla, mi lady— se reverencia—. Su habitación sigue igual que cuando la dejo, pediré que le lleven ropa nueva, ¿Tiene equipaje? ¿Dónde está su doncella Adalet?

Morfeo mira a su esposa, se le había pasado por alto el hecho de que no había visto a Adalet en ningún lado. Sabiendo que al igual que Amaia le daría un golpe tan solo verlo.

—Ella volvió al palacio del balance, su padre era mi asistente principal así que cuando me expulsaron el se quedó a cargo, pero falleció y Adalet tuvo que ocupar su puesto, no la he visto desde entonces— hace una mueca.

—Le asignaré una doncella de inmediato, en ese caso.

—No te preocupes, Lucienne, me encargaré yo sola— sonríe—. ¿Y que haces aún aquí?— mira a Morfeo que seguía de pie a su lado—. Creo que te dije que te adelantarás...

—Si, mi Amaia— Morfeo toma su mano para darle un beso en el dorso antes de irse.

Amaia se despidió con la mano cuando el utilizo su arena para volver al mundo de la Vigilia. Ella suspiró aliviada. Morfeo estaba particularmente apegado a ella con un miedo de que se volviera a ir.

𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎- 𝐓𝐡𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐝𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora