𝐁𝐀𝐆 𝐎𝐅 𝐒𝐀𝐍𝐃

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Amaia camino evitando tirar las cosas que Constantine tenía apiladas por otros lados. Si que era un desastre su vida y su apartamento. Morfeo parecía particularmente disgustado por el desorden. Retiro unas cosas del otro sillón para sentarse cruzando las piernas.

—¿Es una pesadilla?— pregunta Amaia mirando a la joven humana.

El repentino sobresalto de Constantine hizo que la pareja la mirada. La mujer se llevó la mano a su boca asustada. Y fue entonces que se dió cuenta de las presencias que estaban invadiendo su apartamento.

Amaia sonrió saludando con la mano. Contrario a su marido que seguía de pie con una cara de pocos amigos.

—¿Cómo dieron conmigo?— exige saber.

—Estabas soñando— responde Morfeo con simpleza.

—Olvidaste el pequeño detalle, rey de los sueños— señala al pelinegro—. Esposa del rey de los sueños.

—¿Eres su esposa?— pregunta Johanna.

—Si, linda— Amaia sonríe alzando los hombros—. O algo así, es complicado.

—Eso no fue un sueño cualquier, ¿O si? Es un recuerdo— Morfeo atrae la atención de ambas—. Con razón no puedes dormir.

—Tal vez no me lo merezco— expone la castaña mirando al pelinegro.

—Tal vez no— coincidió el—. Pero yo podría librarte de el.

—Nada más si te ayudo a buscar tu arena— bufa la Constantine.

—Es un trato justo— declara la arcángel.

—Además, encontrar cualquier cosa en este departamento requiere más magia de la que tú puedes invocar— asegura su esposo.

Amaia oculto su risita. Johanna se quedó en silencio alternando su mirada entre la pareja.

—Buscaré en la oficina— sentencia levantándose quitando la cobija de sus piernas—. Traten de no limpiar mientras no estoy.

—Iremos contigo— Morfeo la detiene momentáneamente—. Tienes el don de desaparecer.

—¿Okey?— acepta esquivando la figura del rey de los sueños—. Pero si este desorden te ofende espera a que veas mi oficina.

Morfeo ofreció su mano para que Amaia no se caiga mientras le seguían el paso a la Constantine. Johanna abrió una puerta, ciertamente no había diferencia entre la sala y la oficina.

La azabache hecho un vistazo entre las cosas encontrando un cubo de rubik desordenado. Lo atrajo hasta ella para empezar a resolverlo.

—¿Por qué lo humanos aman tanto a los objetos?— pregunta Morfeo detrás de su esposa.

Johanna saca una ballesta de una caja.

—A veces pueden ser útiles— asegura.

—O divertidos—sonríe la azabache concentrada en resolverlo.

—Además tu te ves muy apegado a tu arena— espeta la usuaria de la magia lanzando un objeto aleatoriamente.

—No solo es un objeto, es parte de mi— responde.

Amaia sonríe dejando el cubo sobre la mesa con todas las caras resueltas.

—Si eso es cierto, dime cómo la perdiste— eleva las cejas la humana.

—Me la robo otro usuario de magia llamado Burgess.

Constantine se sorprendió ante el nombre que había salido de los labios del eterno.

𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎- 𝐓𝐡𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐝𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora