𝐃𝐀𝐍𝐂𝐄 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐌𝐄?

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La luz se colaba por los pequeños espacios de la ventana, el cuervo seguía picando a los reyes de Ensoñación que estaban aún inconscientes en el suelo de ese viejo almacén. Era frustrante tener que picar a uno y luego al otro mientras evitaba maldecir hasta la más mínima cosa.

Amaia se quejó al sentir algo pesado en su cara, para su sorpresa era una caja de cartón había caído sobre su rostro. Utilizo ambas manos para lanzarla lejos con molestia.

—¡Jefa!— chillo Matthew emocionado de que al fin alguien le respondiera.

—¿Es de día?— pregunta confundida tratando de levantarse—. ¿Dónde está el rubí?

Al estar detrás de Morfeo al momento de que el rubí lo rechazará el pelinegro ahora estaba encima de su abdomen aún inconsciente. La arcángel movió sin cuidado a su esposo, tirandolo aún lado pero el no reaccionó ante el golpe.

El cuervo siguió en su tarea picoteando a Morfeo. Amaia trato de asimilar que había pasado antes del golpe de poder.

—¡Jefe!— grazno el cuervo agitando sus alas.

—Sueño—llama a su esposo, sobando su nariz ligeramente—. Sueño, despierta... ¡Sueño!

Sin embargo recibió la misma respuesta que Matthew un silencio. Ella se acomodo utilizando su propia magia, sentía que algo estaba sucediendo con el rubí.

La luz lila que emanó de sus manos chocó contra el eterno que abrió los ojos súbitamente.

—Mi ángel— murmura el con una mirada embelesada hacia su esposa.

Amaia parpadea confundida, un color rojizo tiñó sus mejillas. Su tono de voz y esa mirada eran simplemente irresistibles.

—No es momento para que seas lindo, algo está pasando con tu rubí— avisa Amaia.

Morfeo se reincorporo. Buscando con la mirada su yelmo, la pelinegra se levanta sacudiendo su ropa. Estiró sus manos. Checo que todo estuviera en su lugar. Incluso su teléfono mortal.

Matthew voló hasta donde estaba el yelmo de su jefe. Amaia se asomó, el día se había nublado, comenzaría a llover en cualquier momento.

—Lo está usando— murmura el eterno.

—¿Cómo vas a recuperarlo? Te seguirá rechazando porque está atado a un mortal y además te robara los poderes— Maia se acerca. Morfeo quitándole un poco de polvo en su hombro—. Pero, puede que yo tenga un plan.

—¿Un plan para recuperar el rubí?

—No, un plan para la cena de esta noche— dice la azabache con ironía—. Claro que para recuperar tu rubí, Sueño.

—¿Que necesitas que haga, esposa mía?

—Ser tu mismo— sonríe la azabache—. Eso será suficiente, orilla a John a romper el rubí.

—Y el poder volverá a mi— Amaia asintió—. Porque el solo ató el objeto.

La azabache sonríe alegremente.

—Solo ten cuidado, ¿Si?— pide la arcangel—. Yo se que podrás hacerlo, Morfeo.

—Volveré, mi reina, y nuestro reino estará restaurado— aseguro el azabache. Amaia confío en el—. Matthew, cuidala.

—¡A la orden, jefe!

La azabache retrocedió unos pasos dejando que Morfeo usará su arena para seguir el rastro del rubí. Amaia salió del almacén con un chasquido de dedos una vez que el cuervo se poso en su hombro.

—Bien, me gustaría tomar un café mientras carga mi teléfono antes de volver a Ensoñación— sonríe Amaia.

—¡Jefa! ¿Tiene redes sociales?

𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎- 𝐓𝐡𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐝𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora