𝐈𝐍𝐓𝐑𝐔𝐃𝐄𝐑𝐒

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Morfeo miraba el trono de Amaia con una nostalgia abrumadora. Aliso su traje para recibir las vistas que demandaron una audiencia con el. Las puertas se abrieron dejando ver a su visita caminado con algo de prisa.

Se sorprendió de verla ahí, era extraño. Demasiado extraño verla ahí.

—Calliope— estaba sorprendido de ver a su ex esposa ahí.

La musa pidió un segundo para recuperar el aliento. Abanico su rostro con ambas manos para acelerar el proceso. Lucienne estaba detrás de ella con una expresión suave.

—Lamento venir de improvisto, Oneiros— se disculpa sinceramente regulando su tono de voz—. Pero una vez recibí tu ayuda y la de tu esposa— el eterno tensa sus músculos.

—¿Tan importante es?— pregunta el—. Pudiste haberme llamado y hubiera acudido.

—Ya lo intente una vez y no llegaste exactamente en primer lugar— confiesa la diosa.

—Calliope...—murmuro invitando a que terminara su noticia.

Ella asintió acomodando su vestido. Estaba nerviosa. Por otro lado Adhara perseguía a su gemelo materializando todo tipo de objetos para lanzarlos en su contra.

Altair por su parte evitaba se tocado con estos con un campo de energía de color carmesí. Mientras reía con jovialidad. Finalmente desapareció del campo visual de su hermana antes de tocar su hombro por detrás asustandóla.

La joven libero un haz de luz lila en su contra haciendo reír aún más a su gemelo que creo nuevamente una barrera frente a el.

—¡Altair!— bramo su hermana—. ¡Deja de correr!

—¡Si lo hago, entonces me quitarás mi hermoso cabello!— espeto su hermano siguiendo su huida.

—¡No es nada que no te hayas ganado a pulso, tarado!

—¡Uy, que diría papá si te escucha decir insultos mortales!

—¡Argh por dios!— exclamó rendida.

Su hermano era alguien bastante escurridizo.

—No utilices el nombre de tu abuelo en vano, señorita— regaña Michael.

—¡Tío!

Los gemelos dejan sus rivalidades cómo si nada para lanzarse a abrazar al arcángel. El más alto los recibió entre sus brazos a sus gemelos. Tal vez era algo de familia.

Pues el y Lucifer eran gemelos, pocas cosas podían diferenciarlos o personas en su. Y esas eran únicamente su hermana menor Amaia. También podía agregar a sus hermanos los angeles, pero bueno era el gemelo que no estaba en el infierno era claro quien era quien.

—Me pareció ver a dos gatos negros está mañana y  decidí venir a verlos— confesó el arcángel.

—Prometemos que no hemos cambiado nuestra forma— asegura Adhara.

—Si lo hicimos— sonrió Altair—. Quería aprender a usar los teléfonos.

—No cualquier teléfono, Altair— se queja su hermana—. El de mamá.

Michael sintió una ligera punzada en el corazón. Pero antes de decirles un par de palabras cálidas para no sonar como Morfeo.

—¿Matthew los acompaño?

—No, no queríamos que padre nos viera a través de el.

—¿Fueron solos al mundo de la vigilia?— pregunta confundido—. ¿Se escaparon de su padre?

—El no nos dejara salir solos— expresan ambos al mismo tiempo—. Además siempre estamos estudiando y es aburrido.

—Deben entender que su padre lo hace por una buena razón.

𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎- 𝐓𝐡𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐝𝐦𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora