30 ° Un vistazo al pasado

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Adrix.
Francia.
Hace 9 años...
17/02/13

El ambiente salvaje de los círculos de pelea en los clubs clandestinos del Clan Roux nunca me decepciona, cuando quiero despejar mi mente y liberar todo lo que me frustra y enoja, vengo a aquí a desquitarme con cualquier idiota que se atreva a levantar la mano para una pelea, en el proceso me ganó la confianza de los franceses poco a poco y me distraigo al mismo tiempo de toda la mierda a la que me obligan a vivir.

— Ahí está mi campeón — llega Gerard Roux junto a su hijo Vincent — ¿Listo para hacernos quedar bien como siempre? — pregunta mientras me palmea la espalda.

— Tráiganme al idiota — espeto con impaciencia. He tenido días de mierda y lo único que quiero es liberar toda esa maldita tensión que no puedo soltar con las mujeres que llevo a la cama de un hotel.

— Venga amigo — dice Vincent y me palmea el hombro provocando que lo mire mal

— No somos amigos — espeto

— Y yo no soy Francés — resopla — Saca tú culo malhumorado y acaba con los idiotas que te pongan en el círculo. — ordena antes de que empiece a avanzar entre los presentes que sólo están aquí para presenciar la sangre y ganar algo de dinero con las apuestas.
Los gritos y los empujones no se hacen esperar a medida que me adentro hacia el círculo que está prohibido traspasar a menos que quieras pelear o morir por incumplir las reglas.

— ¡El campeón de campeones! — grita el encargado de anunciar a los que pelearán — ¡L'ange de la mort! — (El ángel de la muerte) anuncia y el lugar se vuelve un caos al escuchar el nombre por el que toda esta bola de ineptos me conoce. — ¡¿Quien será el primer valiente en enfrentar al mejor de nuestros peleadores?! — pregunta y los murmullos se escuchan a mi alrededor. <<Cobardes>> — ¡El... — las palabras del que vocifera se quedan a empezar porque un hombre rubio de mi estatura y complexión musculosa se abre paso hacia el círculo.

— Veamos de que estas hecho — dice con una sonrisa en su rostro como si disfrutara de retarme.

— Voy a disfrutar borrarte esa sonrisa — espeto

— ¿Tu nombre? — le pregunta el tipo del micrófono

— Elijah — responde sin dejar de mirarme fijamente — Elijah Castle.

— ¿Así de simple? — pregunta con decepción. En este lugar les gusta el drama, y todo lo que conlleve, así es más entretenido para ellos.

— Mis habilidades no dependen de un sobrenombre ridículo — se burla provocando que me hierva la sangre.

— Vale — dice y sale del círculo para volver a su lugar y encargarse de su trabajo — ¡Que suene la campana! — grita ocasionando que la multitud vuelva a alterarse — ¡Y que el mejor quede en pie! — esa última frase es lo que me da la luz verde para ponerme en guardia, pero no ataco... nunca ataco primero, pero.... Su mirada retadora y forma de mantener la calma me dicen que tampoco dará el primer golpe, así que tomo la iniciativa y me lanzo sobre él con un movimiento engañoso simulando que le daré un puñetazo pero en realidad solo lo uso para distraerlo y para tomar impulso, doy media vuelta y estampo mi codo en el costado derechos e su rostro, muy cerca de la oreja.

— No lo vi venir — dice sin dejar de sonreír

— Ese era el punto — espeto y vuelvo a arremeter contra el, pero esta vez le lanzo una patada que lo empuja hacia atrás con fuerza. Lo tomo de la playera y tiro de él hacia mí para soltarle un par de puñetazos salvajes al rostro que logra detener en el tercero.

La Reina De La Mafia: Nacimiento del Ave Fénix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora