CAPÍTULO 1: Una visita Inesperada

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El timbre suena, por fin, las cuatro de la tarde. Las clases de hoy han finalizado, Derecho de la Comunicación es una clase muy larga y aburrida. Recojo mis cosas y me voy directa a casa. Estudio Periodismo, estoy en mi segundo año y vivo en un apartamento cerca del campus, a unos quince minutos andando. Mi apartamento tiene una cocina y salón abierto con una mesa pequeña en medio, mi habitación, una pequeña entrada, un baño que se accede desde mi habitación y una terraza mediana que se accede desde mi cuarto también.

-¡Madeleine! - Oí que me llamaban detrás de mí.

-¿Si?- pregunté girándome.

-¿Cuándo haremos nuestro trabajo de Producción Audiovisual?- pregunta Tim poniéndose a mi lado para seguir andando.

-¿Quieres venir el domingo a mi casa? Así lo acabamos.- dije encogiendo los hombros.

-¿En tu casa? Sí, sí. ¿Hora?

-Me da igual, ¿A qué hora te va bien a ti?

-Por la tarde. ¿Cinco?

-Perfecto. Cinco.

-Bien, nos vemos el domingo- dijo sonriente.

-Adiós Tim. Descansa.- me despedí con una sonrisa.

-Adiós, Guapa- le oí decir antes de darse la vuelta para girar la calle.

Tenemos casi acabado el trabajo, solo falta grabar algunas tomas y editar. Tuvimos que hacer un guion hiperlargo junto a un storyboard para después poder grabar. Tenemos todas las escenas de exterior grabadas, solo falta las que se grabaran en mi casa y luego editar.

Unos pasos detrás de mí desconcentran mi pensamiento sobre el trabajo. Giré la cabeza, pero no había nadie.

Negué, seguro que fue producto de mi imaginación. Bajo la mirada y veo una larga sombra bajo mis pies, vuelvo a girarme, pero no hay nadie.

Miro alrededor, las calles de los lados, tiendas, escaparates, ventanas y puertas con tal de entender quien me observa o me sigue, pero todos actúan muy normal.

Fijo mi atención en un perro que hay sentado al lado de un banco junto a su dueña, una señora mayor esperando el bus, el perro está asustado, mira hacia mi escondido en las piernas de su dueña.

-Ey Rocky. ¿Qué te pasa?- le pregunta acariciando al perro.

Seguía mirándome, de repente se puso a llorar y a ladrar. La señora me miro confundida y yo a su perro.

¿Qué te pasa? -- Quise preguntarle al supuesto Rocky.

Fue tarde cuando me di cuenta de que realmente no me miraba a mí, vi una sombra bajo mis pies que no era mía antes de sentir como alguien me cogía de los brazos y saltaba para no volver hacer contacto con el suelo.

Grité por miedo y asombro cuando abrí los ojos y vi mi ciudad desde lo alto, los volví a cerrar y me aferré a quien fuese con tal de no caer.

A los pocos segundos el suelo vuelve a sentirse bajo mis pies, haciéndome consciente de que no conozco a quien tengo delante y esa persona ha volado.

-¿Quién eres?- pregunté separándome rápido de él.

Un chico, guapo, atractivo, alto, piel blanca, ojos negros, tenía el pelo un poco despeinado caído hacia los lados, tenía el abdomen marcado, seguro, se marcaba en la camiseta que llevaba y la ropa le quedaba muy bien aunque iba todo de negro.

Me sonaba de algo, como si ya le hubiese visto alguna vez.

-Te acabo de salvar la vida. Un gracias al menos.- dice sentándose en mi silla desganado.

Lucifer: La dama del diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora