CAPÍTULO 7: Volviste...

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Madeleine

Salí de la ducha después de un día duro de entrenamiento junto a Michael, estaba realmente exhausta, pero tengo que estudiar, los exámenes se acercan y por más que tenga que entrenar por algo que, aún no acabo de creerme del todo, mi vida universitaria sigue y debo examinarme de todas formas, como un estudiante común...

Perdida en mis pensamientos, envuelvo la toalla por mi cuerpo. Pero, una llamada desvía mi atención a mi móvil, del cual, salía música hace escasos dos minutos. No me hago de rogar mucho, y lo cojo al instante.

-¿Quién es? - Pregunto colocándomelo en la oreja.

- ¿Madeleine? Soy Azkeel - Contesta con algo de gracia - ¿No miras antes de coger la llamada quien te llama?

- Sí, bueno suelo hacerlo, acaba de ser la excepción.

- Aja - Murmura - Te llamaba para asegurarme de que estuvieras bien, se te veía realmente cansada cuando saliste del gimnasio. ¿Has llegado a casa?

- Sí, estoy bien. Acabo de salir de la ducha. - Respondo mirando mis pestañas en el espejo algo opacado. - Ahora que me fijo, tengo un pequeño hematoma en el hombro... Supongo que en alguna de las caídas me lo hice. - Acaricio mi hombro con cuidado.

- Seguramente, ponte la crema de siempre, si es pequeño mañana no lo notarás.

- Si eso haré. Oye, no te he preguntado, ¿Tu entrenamiento bien?

- Genial, ha sido divertido tirar a Michael. Cuando entrena contigo su ego aumenta bastante -Por su tono de voz sé que está sonriendo. - Pero, conmigo no puede.

-Bueno, soy un poco fácil de tirar... - Alzo los hombros aunque no me estuviera viendo.

- Bueno, has mejorado mucho, cualquiera diría que eres una humana normal. Si sigues entrenando tirarás hasta a Lucifer. - Comenta riéndose.

- Ya bueno...

- ¿Qué ronda por tu cabeza? He notado como tu tono de voz decaía señorita - Pregunta con un tono amigable.

Y es que, después de dos meses, ha dejado de ser el serio Azkeel conmigo, a veces, lo sigue siendo, pero, ya empiezo a conocer esta parte de él, que sin duda, me gusta mucho más.

-¿Madeleine? - Vuelve a preguntar.

-Sí, estoy aquí - Digo.

-Dime, ¿En qué piensas?

-Mmm... Puedo... ¿Puedo hacerte una pregunta?

-Ya estás haciéndola, pero, adelante.

-¿Cuándo volverá Luck? - Pregunto sentándome en el inodoro.

-Pronto.

-Eso mismo me dijisteis la semana pasada, y la anterior, y la anterior...

-Ya, pero esta es de verdad. Te lo prometo.

-Intentaré creerme tu promesa... Pero no lo hago.

-¿Por qué preguntas tanto por él? Solo pasasteis dos o tres días juntos.

- Ya pero... - Calle al instante.

-¿Pero? - Insistió en que siguiera.

-¿Prometes no reírte?

-Prometo no reírme - dijo serio, cosa que me hizo creer en sus palabras.

-No sé por qué... Pero, hay algo que me falta desde que se fue... Siento que, lo conozco de toda la vida y como si fuese parte de mí. Muchas cosas que hago o leo me recuerdan a él y estoy pendiente de cuando habláis para saber si sabéis algo de él. Y esto, realmente me confunde, ¿cómo es posible? Como bien has dicho, solo estuvimos juntos dos o tres días y, llevamos más de tres meses sin vernos y me duele... Pero, no sé por qué... ¿Tal vez es un capricho de mi mente? ¿Tal vez es la sensación de conocerlo toda la vida? No sé que es. Y cada vez me molesta más porque no lo sabré hasta que le vea... Anhelo tenerlo cerca y oler su perfume de nuevo... Y pienso en él y me enfado porque, ¡Tiene el descaro de dejarme aquí! Sin saber nada de él durante tres meses... Dios, estoy siendo estúpida... - Me quejo apoyando mi cabeza en mi mano, cerrando los ojos junto a un gran suspiro.

Lucifer: La dama del diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora