CAPÍTULO 5: Conozcámonos mejor

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MADELEINE



El sol comenzaba a darme en los ojos, sentí su calor mañanero, cosa que me hizo despertar.

Recordé lo que había pasado y sobre todo como quedé dormida, me moví poco a poco aún con los ojos cerrados para poder ver directamente el otro lado de la cama, yo sabía que él estaba hay así que poco a poco y deslizándome intente hacer contacto con él. Abrí los ojos cuando sentía que ya llevaba mucha cama recorrida y no lo sentía a mi lado.

Al abrirlos vi que estaba en la orilla de la cama y en un intento de retroceder, caí. Un chillido involuntario surgió de mi boca, pero, una vez que toque suelo intente quitarme las sabanas enredadas junto a una mueca, me había dado fuerte en el culo.

-¿¡Madeleine?!- entró en la habitación gritando un chico rápidamente.

-¿Quién eres?- pregunté enredándome más en las sabanas.

-¿Estás bien?- preguntó agachándose para ayudarme a quitar las sabanas al ver el espectáculo que estaba haciendo.

-Si, solo me he caído de la cama. - Respondí cuando dejó las sabanas de nuevo en la cama.

-¿Sueles caerte de la cama de a menudo?- preguntó mirándome.

-No, no es mi hobby la verdad. - Conteste levantándome del suelo. -¿Quién eres?- volví a preguntar.

-Me llamo Michael. Soy uno de los chicos de ayer.

-Un placer conocerte Michael. - Le sonreí - Mmm... ¿Sabes dónde está Luci... Luck?

-Oh, sí. Ha tenido que irse. Puedes llamarle Lucifer delante de mí o de Azkeel. Somos demonios igual que él.

-¿Quién es Azkeel?

-Está en el salón.

-¿Dónde ha ido Lucifer? - Pregunté dispuesta a salir de la habitación.

-Ha salido a hacer unas cosas, tenía que investigar sobre algo importante.

-¿Tan importante es?

-Y tanto. Volverá en cuanto acabé. - Dijo siguiéndome hacia el salón.

-¿Tú eres Azkeel?- pregunté al chico sentando en el sofá mirando la televisión.

-Aja. - contestó sin mirarme un poco seco.

Miré a Michael de reojo, Michael había sido bastante bueno conmigo.

Azkeel es más joven que Michael y que Lucifer, seguro.

-Azkeel, ¿podrías ser un poco más emocionante?- preguntó Michael detrás de mí cruzando los brazos.

-No - Respondió sin quitar la mirada del televisor.

-¿Tú también piensas que no sirven los sentimientos?- Pregunté acordándome de Lucifer.

-Un diablo no tiene sentimientos, imagino que ya te lo ha explicado Lucifer.

-Sí, supones bien. Pero no le he creído - dije preparando mi café.

Azkeel iba a contestar, pero Michael intervino primero.

-No tuvimos el placer de conocernos ayer como tocaba... - dijo Michael.

-Me llamo Madeleine, pero podéis llamarme Mady si queréis... ¿Quieres? - Pregunté ofreciendo un poco de café.

-Claro, si por favor. Yo soy Michael, pero me puedes llamar Mike. - Contestó sonriente.

Lucifer: La dama del diabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora