¡Hola!
Como cada jueves les dejo un nuevo capítulo.
¡Advertencia!
Solo prepárense para soltar algunas lagrimas.
Avanzaron colina arriba, cada paso que daban era sigiloso, todos mantenían sus armas firmes, bueno al menos cuatro de ellos lo hacían. Sus pasos eran lentos pues no querían levantar sospechas algunas, entre más avanzaban más escalofríos les provocaba estar en ese lugar. La ciudad parecía deshabitada, un verdadero pueblo fantasma. Lo que ellos no sabían era que estaban siendo observados desde todos los rincones. Eustace que iba tras de todos se asomó por una ventana notando a una temerosa familia en el interior de una vieja casa. Este se alejó rápido para alcanzar al grupo que parecía desinteresado en su presencia.
— Si el lugar está vacío, deberíamos regresar.
— No quieres venir a cuidar algo. -Su primo rodo los ojos.
— Ah sí. -Este no tardo en correr hasta llegar con todos. – Buena idea primo, muy lógica. – Los cuatro giraron hacia él.
— Ten. -La reina Elianne se acercó para poder darle su daga, el muchacho solo necesitaba una oportunidad. – Eres valiente, muy en el fondo. Úsala bien.
— Gracias y no se preocupen, yo vigilo. -Esta mostro una sonrisa antes de regresar con el grupo.
Los cuatro se adentraron en la iglesia, el olor a humedad y descomposición se sentía algo más fuerte que en el exterior, desde el techo colgaban docenas de campanas y un camino de estatuas que daban una desagradable sensación, estas con sus cabezas en las manos. El decorador de interiores de ese lugar debía ser cambiado cuanto antes. Elianne se quedó junto a la puerta observando de vez en cuando al muchacho tras ella. En el centro de la iglesia una especie de mesa con varios libros apilados uno sobre otro. En uno de los libros abiertos una larga listas con nombres y precios a su lado, todos se quedaron viendo confundidos.
— ¿Y todos estos nombres?
— ¿Por qué los habrán tachado?
— Creo que es una especie de lista. -Menciono la más joven. – Y un pago.
— Venden esclavos. –
Escuchar eso por parte de su esposo solo le hizo sentir nauseas. Las campanas comenzaron a sonar alertando de inmediato a los presentes quienes no tardaron en sacar sus espadas para comenzar a atacar. Los reyes comenzaron a defenderse sin percatarse que ya tendida en el suelo estaba Elianne noqueada, había sido atacada por la espalda cobardemente. Eran superados en número, derrotaban a uno y varios más aparecían desde las sombras. Continuaron luchando hasta que un grito los alerto, Eustace había sido atrapado y la daga que le había dado Elianne ahora estaba en su cuello. Otro hombre levanto a Elianne que comenzaba a reaccionar, la jalo del cabello provocando el enojo en Caspian.
— Si no desean que vuelva a gritar como niña, será mejor que suelten sus armas. -Dijo este mientras caminaba con él. Ellos obedecieron dejando sus armas en el suelo.
— Suéltenlo. -Grito la castaña entre dientes mientras intentaba soltarse. En su rostro se veía reflejaba la ira, tan solo era un niño asustado. - ¡Que lo suelten! – Volvió a gritar esta. Un segundo hombre se puso frente a ella sosteniendo su rostro con fuerza.
— Vaya, vaya ¿Qué tenemos aquí? -Dijo entre risas ante en enojo de la reina. Aquel hombre golpeo con fuerza el estómago de Elianne haciendo que se inclinará un poco, un suspiro ahogado escapo de sus labios antes de que volvieran a jalarla del cabello haciendo que se enderezará. – Un lobo salvaje.
— Y también muerdo como uno. -Elianne aprovechando la corta distancia entre ellos golpeo con su frente la nariz del hombre frente a ella logrando romperle la nariz además de un golpe en su entrepierna. Este cayo tendido retorciéndose de dolor.
— Ja... pónganle las cadenas. -Menciono aquel hombre. – Estos dos irán al mercado. -Dijo refiriéndose a Lucy y Eustace. – y estos dos al calabozo. Y... -Se acerco a Elianne jalando su cabello. – Lleven a la loba a la jaula, le enseñaremos modales. – Dijo este antes de ordenar que la golearan con fuerza en el rostro, un par de golpes bastaron para dejarla nuevamente inconsciente. Aun estando en el suelo continuaron golpeándola, fuertes patadas en su estómago y su espalda, sus amigos y su esposo e incluso el pequeño Eustace veían con horror aquella escena, intentaban liberarse para poder brindarle apoyo.
— ¡Escúchame traidor cobarde! ¡Yo soy tu Rey! -Grito furioso Caspian al ver como golpeaban a su esposa y más al verla indefensa, era la primera vez que veía a su mujer caer así. - ¡Elianne! -Volvió a gritar este esperando que ella reaccionara. – Todos ustedes pagaran con su vida por haber golpeado a su reina.
— Van a pagar por esto. -Dijo Edmund luego de haber sido golpeado en el rostro.
— En realidad, alguien más va a pagar por ustedes. -El auto denominado gobernador hizo presencia. – Llévenselos. -Uno de los hombres cargo a Elianne sobre su hombro para poder llevársela, Caspian logro notar su rosto cubierto de sangre y eso solo lo enfureció.
— ¡Elianne! Déjenla ir ahora ¡No! ¡Eli! -Continuó gritando este al ver como se llevaban a su amada, fue lo último que vio, pues ahora él también estaba inconsciente.
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Las crónicas de Narnia y la guerra del bosque Oeste. Libro 3.
FanfictionContinuación del Fan Fic Las crónicas de Narnia y la guerra del bosque Oeste parte 3. Es la última parte de la historia. ¡No leer a menos que hayas leído la primera y la segunda parte! Ambas están en mi perfil.