Imagina 77

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Especial KDrama: 5/5

Parte: 1/? 

Start Up

Aquel chico caminaba hacia su casa, luego de un agotador día de escuela, se sentía cansado y solo planeaba llegar a casa y dormir, soltó un suspiro y sonrió al ver el puesto de pan que le encantaba

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Aquel chico caminaba hacia su casa, luego de un agotador día de escuela, se sentía cansado y solo planeaba llegar a casa y dormir, soltó un suspiro y sonrió al ver el puesto de pan que le encantaba. El pan que vendía aquella mujer de 68 años era mágico según sus clientes, pues siempre que los comían les causaba felicidad

—Buenas tardes Patricia —saludó aquel chico amablemente.

—Hola Tom —respondió con una sonrisa. —¿Cómo te fue hoy en la escuela? —preguntó aquella mujer mientras le daba su pan favorito.

—Bien —asintió con una sonrisa. —Estamos a días de presentar el examen para la universidad y me siento un poco nervioso.

—Tranquilo Tom, tú eres muy inteligente y será pan comido —dijo entre risas.

—Pues si es pan como el de usted, seguro lo comeré rápido —respondió riendo también.

Aquella conversación fue interrumpida por el sonido del teléfono de Patricia, Tom asintió y desvió su mirada para que pudiera contestar, niños y adultos seguían llegando por su pan por lo que Tom decidió ayudarla mientras seguía en la llamada.

—Creo atrajimos más clientes —habló entre risas al ver el pan de había terminado al igual que la llamada de aquella mujer.

—Supongo que si —asintió con tristeza.

—¿Está todo bien? —preguntó preocupado al mirar tal cambio de ánimo.

—Ay mijo, la verdad es que no te puedo mentir —respondió soltando un suspiro. —Pero mi nieta se acaba de mudar, sus padres se separaron y ella se quedó con mi hijo y su hermano con su mamá —habló con ojos cristalinos. —Me marca cuando se siente sola, llora y dice que nos extraña, que se siente muy sola —dijo ahora soltando un par de lágrimas, Tom la miraba con empatía y le acariciaba su brazo.

—¿Hay algo que podamos hacer por ella? —preguntó con voz tranquila.

—Quizás si —respondió segundos después. —Como enviarle cartas

—Claro, sería muy agradable para alguien recibir una carta

—Pero más de un amigo que la estima, y le mande cartas todos los días —respondió mirándolo, esa mirada era que tenía una idea.

—Tiene una idea ¿verdad? —preguntó curioso.

—Sí, podrías tú enviarle cartas a mi nieta, que eres un admirador y le cuentas muchas cosas sobre ti

—¿Pero eso no sería mentirle? No la conozco

—Y quizás no hace falta, puedes enviarle varios poemas o cosas así que escriben ustedes, yo se que con eso ella será feliz

—¿Está segura? —preguntó no tan convencido.

—Sí, no soporto escuchar a mi nieta triste —respondió cabizbaja.

—Está bien —asintió el chico.

El chico dobló la carta y sonrió levemente antes de ponerla en una casita de pájaros color rosa, dejó el sobre blanco dentro de este y se fue de ahí.

Horas después, aquel hombre llegó a casa y miró que en la casita se asomaba una carta, la tomó y leyó el nombre de su hija, sonrió y entró a casa emocionado por contarle a su hija que había recibido una carta. Su padre se sintió contento al ver el rostro de curiosidad y felicidad de su hija.

Fue así, que ___ comenzó a recibir cartas donde le decían palabras muy bonitas, la alentaban en los días tristes y comenzó a sentirse acompañada. Tom decidió no poner su nombre real, a lo que Patricia estuvo de acuerdo, miró en el periódico el nombre de Ross Lynch, el ganador de las olimpiadas de matemáticas, por lo que tomó su nombre para ser el remitente.

[...]

Los años pasaron, ___ ya no era una niña, había estudiado una buena carrera y quería seguir creciendo por lo que vio una buena oportunidad de trabajar en la mejor empresa del país. Su padre había fallecido en la adolescencia por lo que se tuvo que mudar a casa de su abuela, Tom miró un par de veces a la chica de lejos, pues también se mudó a seguir con sus sueños.

Antes de salir de casa, ____ miró las cartas y sonrió al leer "tu día brillará, siempre lo hará"palabras que según ella, Ross le había escrito. Se despidió de su abuela y salió directo a la empresa, antes de entrar a esta soltó un suspiro.

—Tu puedes —se animó a sí misma con una sonrisa.

El elevador abrió sus puertas, la chica salió y al girar al pasillo, una persona también lo iba a hacer por lo que terminó chocando con el.

—Lo siento —susurró tímida la chica.

—No te preocupes —respondió el chico, pero al darse cuenta se quien era la persona con la que había chocado, se sorprendió pero al mismo tiempo se puso nervioso.

—Espero no haberte causado incomodidad, me disculpo de nuevo —habló la chica al ver su mirada perdida en ella.

—No, para nada, al contrario discúlpame a mi —respondió apenado, la chica negó riendo levemente.

—Debo irme, tengo una entrevista —habló nerviosa.

—Oh si, adelante —respondió asintiendo. —Mucha suerte

—Gracias —susurró yéndose de ahí.

El chico tomó unas cosas de su escritorio y regresó a la oficina donde estaba haciendo entrevistas junto a otras personas en otras oficinas. No quería que nadie supiera que el era el CEO y no se confiaran, al abrir la puerta de la oficina, miró a un chico sentado de espaldas, el se levantó al mirarlo entrar.

—Buenas tardes —saludó al levantarse. —Soy Ross Lynch mucho gusto —dijo aquel chico estirando su mano.

Tom lo miró asombrado, y tomó su mano en forma de saludo, estaba viendo al mismo niño que vio aquel día en el periódico, el era el verdadero Ross Lynch

Imaginas De Tom Holland✨💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora