Imagina 85

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Miré como la chica colocó aquel llamativo letrero en la pared, miró a su amiga quien le estaba ayudando y soltaron un chillido de emoción. Yo solté un suspiro y mejor miré hacia otro lado, vi como el profesor caminaba por el pasillo a dirección al salón también, me sentí un poco nerviosa, ¿como era posible que un profesor tan joven y guapo me impartiera clases? Y siempre iban tan arreglado, se veía mucho más a puesto, era mi amor platónico por siempre, y eso era, solo un amor imposible. Sin querer, ambos llegamos al mismo tiempo e íbamos a entrar juntos, pero el dio un paso hacia atrás.

—Pasa ____ —dijo amablemente mi profesor estirando su mano.

Yo me sonrojé levemente y asentí, entre primero y el entró detrás mío, el salón era un desorden, pero cuando ambos entraron todos nos miraron y se detuvieron
 
—Vuelvan a sus asientos por favor —dijo con seriedad el profesor.

Todos hicieron lo que dijo el profesor, acomodaron sus pupitres y el profesor dio indicaciones para comenzar la clase. A los pocos minutos mi mejor amiga Liz llegó parándose en el marco de la puerta

—Disculpe profesor, ¿puedo pasar? El camión hizo una parada que duró demasiado y...

—Lo siento Lizeth, pero no podré dejarte pasar, deberas esperar a que termine la primera hora y puedas pasar a la segunda —respondió con seriedad.

Ella bufó y se dio media vuelta, yo reí levemente, esta idiota con sus llegadas tarde, el profesor me miró y yo rápidamente cambié mi semblante a uno serio. El profesor Holland continuó con la clase, y ya al casi finalizar hizo una pregunta

—¿Alguien tiene alguna duda? —preguntó serio recargándose en su escritorio y cruzándose de brazos.

—Si yo —respondió una chica levantando la mano, el profesor asintió dándole la palabra.
—¿Irá a la fiesta de disfraces? —preguntó con una sonrisa coqueta, las chicas prestaron atención emocionadas por su respuesta, en el fondo también lo estaba.

—Sobre la clase —respondió serio.

—Ay ya profesor, díganos si vendrá —respondió haciendo un puchero, yo lo miraba prestando atención.

—Si no tienen duda acerca de la clase, doy por terminada la sesión —respondió dando media vuelta y acomodando sus cosas en su maletín.

Algunos soltaron un quejido y algunos compañeros rieron en forma de burla, yo solté un suspiro, el profesor Holland siempre era muy estricto y recto, a pesar de ser muy joven, el era nuestro superior en ese momento. ¿Pero por que me preocupaba si iba a ir o no? Ni siquiera iría yo.

El profesor se retiró, miré como dio la vuelta al salir de la puerta, a los pocos minutos que salió el profesor Holland, Liz entró rápidamente por la puerta.

—¿Y tú qué? —pregunté riendo levemente.

—Otra vez el puto autobús —renegó sentándose junto a mi, yo volví a reír como respuesta. —¿Y qué pasó en la clase del guapisimo? —dijo con una sonrisa.

—Pues Ari le preguntó qué si iría al baile de disfraces —respondí curiosa. —Y el no le respondió

—Ay nooo ¿crees que si vaya? —preguntó con curiosidad.

—No lo se —dije encogiéndome de hombros. —Y ni me interesa

—Pues debería, por que tú estarás ahí —contestó encogiendo un hombro, luego soltó una risa.

—¿Que? —respondí sorprendida.

—Recuerda, que perdiste una apuesta y debes venir —dijo sonriendo de lado.

—Ah, esa puta apuesta —renegué llevando mis manos a mi rostro.

—Así es —respondió con una sonrisa orgullosa.

—¿No hay manera de evitarla? —pregunté haciendo ojos de cachorro.

—No ni aunque hagas tus ojitos de cachorro —respondió firme negando.

—Pe-ero

—No

[...]

Inevitablemente llegó el día, la fiesta de halloween de la escuela había llegado, toda la semana todos hablaban sobre ella, aunque las chicas incluida yo habíamos perdido la esperanza de que el guapisimo profesor Holland fuera a dicha fiesta.

La habitación de Liz era algo desordenada, había maquillaje por todos lados, sentía las brochas que pasaban por mi rostro, no me sentía incómoda pues ella era muy buena en el maquillaje. Después de un par de horas ella terminó

—Mira —dijo poniendo un espejo frente a mi.

—Wow —susurré al verme al espejo, era otra pero más linda. —Me veo muy bien, soy una linda bruja

—Por supuesto, te ves preciosa —dijo emocionada. —Ahora solo falta esto, y listo —habló colocando fijador.

—Muchas gracias Liz —dije con una sonrisa, ella me abrazó.

—Es un placer corazón —dijo sonriendo en el abrazo.

Luego de ese tierno momento, nos subimos a mi auto y Liz manejó hasta la escuela, todos estaban irreconocibles con los disfraces, y había más personas con máscaras que solo cubrían los ojos. El lugar estaba muy adornado de halloween y se sentía cómodo, creo que realmente no fue mala idea haber perdido aquella apuesta, aunque las fiestas no eran lo mío, esta parecía ser tranquila.

Me acerqué por una bebida sin alcohol, liz y yo comenzamos a tomar, ella rápidamente entró en ambiente y no tardó mucho tiempo en el que ella ya estaba bailando en el centro de la pista, reí levemente por que ya la conocía.

A mi lado llegó alguien, sentí su presencia y me volteé a verlo, era un hombre un poco más alto que yo, con un traje y un antifaz dorado, tenía una bebida en su mano, me miró y sonrió, claramente vi su sonrisa pues su boca estaba descubierta. Aquel hombre tenía una vibra muy bonita, como si era alguien conocido, pero no lograba saber quien era, si fuese alguien que conocía definitivamente en el momento lo sabría

—Hola —saludé con una sonrisa.

—Hola —respondió de la misma forma.

—¿Quieres bailar? —dijo apuntando con la cabeza hacia la pista de baile.

—Si te soy sincera, nunca aprendí a hacerlo —respondí riendo levemente. —Creo que no es lo mío —negué haciendo una mueca.

—Solo es divertirte y moverte como quieras, no es mucha ciencia —respondió haciendo una mueca.

—Bien, vayamos —respondí asintiendo, el sonrió.

Fue así que nos acercamos a la pista, la canción era una muy movida, todos se movían a su ritmo, nadie miraba a nadie y todos estaban en su mundo y se divertían, eso era lo genial de ese tipo de fiestas. Ambos reíamos por los pasos y movimientos que hacíamos divertidos, nadie quería bailar mejor que nadie, pero de repente, la música cambió y sonó una canción lenta, yo me detuve lentamente, miré a mi al rededor y todos tomaron a una pareja para bailar, me sentí nerviosa cuando aquel hombre me estiró su mano.

—¿Puedo bailar contigo? —preguntó mirándome a los ojos.

Imaginas De Tom Holland✨💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora