Para Meliodas, Elizabeth era como una montaña rusa. No estaba totalmente claro de qué ella sentía por él. Sabía que lo amaba, si, pero a veces también le daba la sensación de que todo su amor se había ido.
Ya iban dos semanas desde la última vez que se vieron y una semana desde su última carta. Él se debatía entre si escribirle una o no, pero no estaba seguro de saber que le iba a escribir, por ahora no tenía más palabras que decirle. Ella le había arrebatado las palabras con su última carta, con la fuerte declaración de que si ambos ponían algo el uno del otro y recogieran los pedazos rotos del otro, tal vez lo suyo podría funcionar. Solo tendrían que tener cuidado, porque meliodas estaba seguro de que no iban a soportar un tercer corazón roto.
Él tenía sinceramente miedo por eso.
Tenía miedo de que alguno de los dos hiciera una estupidez y eso terminara definitivamente con lo que podrían tener. Porque no eran más que dos adolescentes enamorados y arriesgándolo todo el uno por el otro, pero eso no quería decir que no se fueran a equivocar, porque al final se trata de equivocarte una y mil veces y volver a intentarlo cuando eres joven, pero ningún corazón por mucho que ame podrá soportar que lo rompan tantas veces. Ahora, si ellos decidían hacer lo suyo real, se estarían comprometiendo a cuidar el corazón del otro y no romperlo.
Y Meliodas cuidaría su corazón. El de ella. Lo daría todo para mantenerlo en una pieza, porque estaba seguro que con ella su corazón estaba en las manos correctas.
Ahora solo le quedaba jugar sus últimas cartas, decir las palabras correctas y esperar a que ella de el veredicto final, porque la verdad era que Elizabeth tenia la última palabra de la situación. Y él, si ella decidía que lo intentarían, no la dejaría ir otra vez, esta vez ella se quedaría mucho más que una noche. Disfrutarían del amor, de su amor, él haría que eso durara, lucharía por ella, de eso estaba seguro. Porque la necesitaba, mucho más de lo que desearía.
[💌]
Esa noche ella recibió una carta. Sentada en la cama de su madre, que estaba dormida, la leyó y no pudo evitar sonreír con tristeza.
—Tal vez mi amor se fue, pero tú has hecho que regrese. Aún es débil, pero es real, Meliodas. De verdad te amo.
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Att: La chica de las cartas [Temp.2] 💌 Melizabeth.
Fanfiction|Terminada.| Te van a destruir de la manera más bella, y ahí entenderás porque los huracanes tienen nombres de personas. «Querida Elizabeth; Me forcé a imaginar un mundo sin nosotros... Y lo vacío que sería ese mundo.» «Querido Meliodas; Si yo hici...