Monkey D. Luffy | Oscuro

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Pedido de sakuxc

Trabajaba concentradamente en los planos que tenía en el escritorio junto con mi café favorito. Tenía que terminarlos hoy y no iba bien de tiempo.

Me pasé las manos por la cara, frustrada.

—¿Qué te pasa, Cleo? —me dijo Luffy, que decidió quedarse y acompañarme un rato.

—Tengo que acabar esto... —señalé las hojas.

—Deberías dejarlo y darme atención —me susurró al oído. No pude evitar estremecerme por la sensación.

—Ahora mismo estoy ocupada, Luffy. Avísame después.

—Llevo viéndote dos horas trabajar sin parar. Ya estoy aburrido.

—Pues lo siento. Nami me ha pedido estos planos urgentemente, y quiero ayudarla.

—A la mierda los papeles esos —los apartó de la mesa, y me hizo girar para mirarlo a los ojos —. Hablaré con ella para que te dé más plazo, soy el capitán.

La idea era buena, estaba realmente muy agobiada, pero no quería que Luffy me sacara siempre de mis problemas.

—Terminaré rápido, lo prometo.

—¡Qué cabezota! He dicho que no. Ahora solo existo yo, ¿vale?

Luffy tiró de mi brazo, para hacer que me subiera a horcajadas sobre él. Nos miramos a los ojos y comenzó a darme besos por todo el cuello, yo, jadeaba sin poder evitarlo.

Tocaron a la puerta, lo que hizo sobresaltarnos. Inmediatamente, el chico me bajó de encima de él y yo volví a mi posición de trabajo.

—¡Cleo! ¿Cómo vas con los mapas? Lo siento, no quería tener que pedir la ayuda, pero lo cierto es que somos las únicas que sabemos algo de esto.

—No te preocupes, Nami. Es mi forma de agradeceros que me hayáis dejado quedarme en el barco hasta llegar a mi ciudad natal.

—¡Pues a mí no me parece bien! ¡No para de trabajar! ¿Tan importantes son?

El tono de Luffy cambió drásticamente a cuando estábamos solos.

El chico y yo teníamos una relación extraña. Nos conocimos en un pueblo comercio mientras ellos se abastecían de alimentos. Mi barco se había hundido, literalmente, y ellos, fueron tan amables de querer llevarme a mi ciudad.

Ya llevaba cerca de dos meses aquí, pero en el primer mes, un día, Luffy me llevó a un cuarto a solas y surgió esto que tenemos ahora. No es una relación, pero nos besamos siempre que nos vemos.

Su personalidad era mucho más oscura conmigo, y lo cierto es que al principio me sorprendió. Con los demás Sombreros de Paja era muy inocente. No me molestaba, en el fondo me gustaba tener una faceta de él solo para mí.

—¡Pues claro que sí, idiota! —le gritó Nami —. Si no, ¿cómo quieres que lleguemos a su destino? ¡Necesito saber la ubicación!

Yo sonreí comprendiendo la situación. Ya me quedaba poco para irme a mi casa, y lo cierto es que me había acostumbrado a la vida aquí.

—Da igual si tardamos un poco más —protestó Luffy —. Quiero que ella descanse.

—¡Pues vale! Pero luego no te quejes —salió por la puerta enfadada, dando un portazo.

—Nunca me quejaría —respondió, pero lo hacía para mí.

—Qué tonto eres, sabes que esto pasará pronto, no tienes que alargarlo.

One Piece | One-ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora