Muñequito [Taekook] [TERMINADA]

Cuatro

El sonido de un trueno fue lo que lo despertó de su profundo sueño.

Se reincorporó en la mullida cama, con el cabello desordenado y con la vista borrosa, se talló los ojos con ambas manos y bostezó mientras se estiraba en la cama haciendo tronar los huesos de su espalda.

—Joder...

Se miró a si mismo, sientiendose extrañado al verse debajo de las cobijas, no recuerda arroparse a la hora de dormirse, no siquiera se dió cuenta de cuando cayó dormido.

No tomó mucha importancia y se destapó, sentándose de lado en la cama se colocó sus Converse negros, durmió algo incómodo por no haberse cambiado la ropa la noche anterior, dormir con su pantalón de mezclilla ajustado no era una buena idea.

Se levantó de la cama y saltó en su lugar al escuchar otro trueno y luego la oscura habitación se iluminó unos segundos.

Vió en dirección a la grande ventana de su habitación, con las cortinas abiertas de par en par dejando ver el nublado cielo, lo que parecía ser una tormenta se veía fuera, y los rayos y truenos no se hacían de esperar.

Gracias al cielo no le temía a ninguno como su madre o probablemente estaría teniendo un ataque de pánico ahora mismo.

Revisó su celular en la mesita de noche, checando la hora después de apagar la pantalla que se había quedado encendida toda la noche.

7:18 am

Díos, era muy temprano.

El sueño en su sistema se había esfumado así que fue directo a la puerta blanca que había en su habitación, suponia que era el baño así que ahí haria sus necesidades.

Entró directamente a la ducha sin siquiera mirar nada, se despojó de sus prendas en un santiamén quedando desnudo y abrió la llave.

—¡Carajo! —gritó al sentir el chorro de agua fría casi congelada que le cayó en la espalda— Salta TaeHyung, salta. Uno, dos, uno, dos.

Era un truco que le había enseñado su madre, si el agua en la ducha estaba muy fría saltaba en su lugar para calentar su cuerpo y acostumbrarlo a la temperatura del agua.

Le funcionó unos segundos, se bañó completamente, colocando una nota mental de abrir el boiler que el señor Jeon le dijo que había en el patio trasero y servía para toda la casa en concreto.

Así no le volvería a pasar esto.

Salió de la regadera y se colocó una toalla en la cintura y con otra empezó a secar su cabello, iba a verse en el espejo para lavarse los dientes —se había llevado el cepillo antes de ducharse— pero grande fue su sorpresa al ver unas cortinas que cubrían el circular espejo del baño.

—¿Que es esto?

Tomó una orilla y la levantó un poco, viendo parte de su reflejo. ¿Para que lo tenían ahí? Era una de sus dudas. ¿Para que servía?, Esa era otra.

—Voy a quitarlas.

Y eso hizo, con algo de esfuerzo despegó la cortina por la parte de arriba del espejo, ya podría pegarlo otra vez cuando los señores Jeon fueran a llegar.

La dejó de lado y empezó a lavarse los dientes, se agachó en el lavabo para escupir la pasta dental que quedaba en su boca y cuando se levantó y vió en el espejo, su corazón se aceleró y su rostro quedó en shock unos segundos.

Se dió la vuelta de inmediato, aún con el corazón acelerado y un enorme miedo en su cuerpo, pero no había nada.

Él juraría haber visto en su reflejo una figura negra detrás de él. Sin rostro, solo una silueta negra.

—Estoy viendo cosas... —se dijo a si mismo queriéndo convencerse de que no pasaba nada.

Terminó de enjuagarse la boca y con miedo volvió a verse en el espejo, pero otra vez no vió nada más que su rostro y cabello desordenado.

Rió nervioso.

—Esta bien, TaeHyung. Solo estás viendo cosas, seguro no dormiste bien.

Algo que lo caracterizaba era que solía hablar solo, o decía sus pensamientos en voz alta, era algo por lo que lo tachaban de raro en su antigua escuela.

Sujetó la toalla en su cintura y salió del baño con el corazón en la garganta.

La sombra en el espejo lo vió irse ladeando la cabeza, y cuando cerró la puerta se esfumó cómo el viento.

Sacó la ropa que se pondría ese día y la dejó sobre la cama, se cambió segundos después de haber secado todo su cuerpo, unos jeans ajustados azules, una camisa blanca justo a sus Converse, se colocó un suéter de lana negro con cuello de tortuga pues la casa se sentía más fría que el día anterior.

Ya con el cabello seco y él completamente listo tomó su celular y vió la hora.

7:57 am

A tan sólo tres minutos o menos de dar las ocho, ahí fue cuando recordó lo que la señora jeon estuvo diciéndole cuando llegó.

El niño Jeon tenía que levantarse a las ocho en punto, pero eso no era un niño. De todos modos consideró divertido levantar al muñequito de la manera en la que se le había ordenado.

—¿Por qué no?

Así que salió de la habitación y fue directo a la que estaba a su lado, la de jungkook, abrió la puerta y vió al muñequito como lo había dejado, sentado en la cama, pero tenía la cabeza ligeramente ladeada.

—Buenos días, chiquito. —dijo, con una sonrisita porque no podía creer que iba a levantar al muñeco— Ya es de día, hora de levantarse.

Se aproximó a la cama y se sentó al lado del muñeco, no tardó más de dos segundos en los que llevó su mano a los finos cabellos de la figura de porcelana, estaba sorprendido de lo sedosos que eran al tacto.

Acarició un par de veces.

—Hora de levantarse, chiquito.

Y no tomó más tiempo y tomó al muñeco en brazos, agarrándolo con una delicadeza que no era propia de él. Lo cargó como si de un bebé se tratara y bajó las escaleras de la casa para ir a la cocina.

Lo colocó en una sillita alta que había ahí y besó su frente. Ni siquiera supo porque hizo lo que hizo, pero realmente no le tomo importancia y se dió la vuelta cuando su celular sonó indicando una llamada.

—Ahora vuelvo, jungkookie.

Tomó su celular y salió de la cocina dejando al muñeco solo sentado, viendo en la dirección en la que el se había ido.

Vió su celular, lo estaba llamando un buen amigo suyo, Seokjin.

Sin esperar más contesto.

—¡Seokjin, al fin me hablas!

No sabía que sus acciones traerían consecuencias.

TaeHyung no debió besar al muñeco.

No le hagan caso, la saqué de Pinterest.