Dos

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TaeHyung pudo escuchar la grave voz del señor NamJoon del otro lado de la puerta, parecía estar susurrando. Casi se sobresaltó cuando Yerin abrió la puerta de golpe.

—NamJoon ¿Ya le dijiste? —preguntó ella pasando a la habitación, dándole una seña a TaeHyung para que se acercará también.

Eso hizo.

—Si, aunque está un poco molesto.

—Ay, mi bebé...

El de cabello gris observó la habitación, era como la de un niño normal, solo que un poco más antigua y tenía una pequeña sala en ella, dónde estaba el señor Jeon de cuclillas frente a un sofá individual, no podía ver a quien seguramente era el niño sentado ahí, la espalda del hombre lo impedía.

Una grande ventana que daba al jardín delantero, una grande cama en el centro pegada a la pared con una mesita de noche a cada lado, y en ellas había algunas historietas de superhéroes, una lámpara y una alarma roja.

El piso era de madera y había una alfombra beige frente a la cama, algo que le llamó la atención fue el antigüo piano en una esquina de la habitación, junto con su banco correspondiente justo frente a él y también algunas partituras.

Un cofre frente a la cama, tal vez ahí guardaba sus juguetes el niño.

Vió a la señora jeon acercarse a su esposo y acuclillarse de igual manera mientras parecía darle de comer la manzana que había estado cargando todo el recorrido de la casa.

Pudo escuchar alguno de los susurros de los mayores, pero nunca escuchó hablar al niño aunque haya parecido responder a lo que los señores Jeon decían pues estos contestaban a sus dudas.

—TaeHyung, ven. Jungkook te quiere conocer. —dijo sonriente el mayor, levantándose de su lugar y alargando su brazo para tomar el de TaeHyung y acercarlo a ellos.

—Muy bi...en...

Yerin se levantó de su lugar con el plato vacío, sin manzana y TaeHyung tuvo a su completa disposición la vista de el niño que tenía que cuidar.

Su sangre se heló y se quedó paralizado por lo que pareció ser una eternidad, no se había dado cuenta de que su boca se había abierto por la impresión de lo que veía, su respiración empezó a acelerarse al mismo tiempo que un sentimiento horrible invadía su pecho.

¿Que estaba pasando?, ¿Era ésto real?.

De un momento a otro quiso nunca haber aceptado la propuesta de esta pareja para cuidar a su hijo.

Y eso lo supo con certeza cuando sus ojos conectaron con unos ojitos verdes...

De vidrio.

Ahí, sentado en el pequeño sofá individual yacía un muñeco de porcelana, con el cabello azabache y piel pálida —aunque él estaba más que seguro de que eso no era piel— con una camisa blanca muy holgada y pantalones de mezclilla flojos, ¡Incluso tenía unas botas negras de plataforma!.

El muñeco no parecía medir más de cuarenta centímetros, y estaba ahí, sentado, inmóvil, con sus inertes ojos verdes mirando al frente. Como si mirara a TaeHyung.

Pero eso no podía hacerlo, porque no era más que un simple muñeco de porcelana.

Al parecer la pareja no lo veía así.

Quiso preguntar si está era una jodida broma, porque maldita sea, eso no era divertido. Y se aterró aún más cuando vió los restos de manzana alrededor de la boca del muñeco, y muchas más en el sofá. Obviamente eso no iba a coner lo que la mujer hizo para él.

Muñequito [Taekook] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora