Veintiséis

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TaeHyung estaba decidido a descubrirlo absolutamente todo.

Después de recordar su pasado, el cual ya sabe porque no recordaba, insistió a jungkook que le contará que fue lo que había vivido en su ausencia, pero el azabache se negó rotundamente a contarle una sola cosa.

No había dejado de hostigarlo con eso y al parecer eso no le había gustado a su pequeño porque desapareció por el resto del día, muy molesto, por cierto.

Algo arrepentido, TaeHyung quiso pedirle perdón, pero como no apareció en ningún momento, por ningún lado, no le quedó de otra más que hablar al aire, a la nada, esperando una respuesta, pensando que jungkook lo estaba escuchando.

Pero eso nunca llegó, al final se rindió y se fue a la habitación de su pequeño, encontrando en el banquillo del piano al muñequito sentado.

Fue ahí cuando le habló, pero jungkook no hizo caso alguno, TaeHyung, molesto y desesperado decidió que si jungkook no iba a darle respuestas, las encontraría él mismo.

Por nada había recordado a YoonGi entre tantas personas, sabía que estuvo cerca de jungkook durante años. Él le daría respuestas, si es que seguía en el pueblo.

Así que, con mucha prisa, tomó su abrigo, bufanda y gorro para salir de la casona, se los colocó y salió de su habitación, dejando al muñeco sobre la cama, si mirar atrás.

A medio camino, sintió como apretaron su mano fuertemente, deteniendo sus pasos.

Miró atrás pero no había nadie, así que supuso fue jungkook.

—No me vas a detener.

—No vas a ningún lado, TaeHyung. —era una voz diferente, pero él no prestó atención, seguramente era porque el azabache estaba molesto y su voz se distorsionó.

Siguió caminando sin mirar atrás, escuchando pasos detrás de él, siguiéndolo.

Pero en ningún momento volteó para ver de quién se trataba. La voz lo llamaba, tratando de detenerlo, pidiendo a gritos furiosos que no se fuera, él, con el corazón acelerado y adrenalina en la sangre comenzó a correr, porque cada vez sentía que sostenían su cuerpo para evitar que se fuera y había comenzado a asustarse.

Tal vez jungkook estaba muy enojado.

Abriendo la puerta de entrada de golpe, salió corriendo de la casona, escuchando los gritos a sus espaldas. El fuerte viento frío golpeó su rostro, dándole un escalofrío en el cuerpo entero.

La nieve caía a montones, casi podía jurar que pronto habría una tormenta. Todo estaba cubierto de nieve, sus pasos se escuchaban extraños sobre el suelo cubierto.

Atravesó el enorme portón de hierro, el chirrido que emitió haciéndole doler la cabeza, está vez no se abrió solo, tuvo que poner todas sus fuerzas.

Avanzó con la respiración agitada entre los inmensos árboles, ya sin hojas dándole un aspecto escalofriante al bosque, el cielo oscuro cubierto de nubes.

Se abrazó a su mismo mientras caminaba cada vez más rápido, sintiéndose observado.

Al cabo de diez minutos comenzó a visualizar varias viviendas, casas grandes con chimeneas humeantes, corrió hasta llegar a ellas, viendo cómo la gente se le quedaba viendo de una manera que no pudo descifrar.

Algunos niños corrían por aquí y por allá, las personas caminaban tranquilas con algunos obsequios en brazos, en familia o personas solitarias que solo paseaban por ahí sin nada que hacer.

Era un pueblo pequeño, tal vez por eso supo cómo guiarse para encontrar a YoonGi. Recordaba que este solía trabajar con su abuela en una tienda de antigüedades.

Muñequito [Taekook] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora