Tres

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—¿Por qué no me lo dijiste, mamá? —pregunta el de cabello gris con el celular siendo sostenido con su hombro y cabeza para poder escuchar bien, pues sus manos estaban ocupadas en cortar algo de fruta.

¿Que cosa, cariño? —respondió ella del otro lado.

—Los señores están locos, no voy a cuidar a un niño... Bueno, no a uno real.

¿A qué te refieres?

—Me van a pagar por cuidar un muñeco de porcelana, mamá.

¿Que?

—¿No me habías dicho que conocías al niño jungkook? Pues al parecer no es real.

No sé de qué hablas, cariño. Yo si conocí a jungkook, pero era un bebé, hace mucho no lo veo.

TaeHyung estaba confundido.

Cuando los señores Jeon se fueron y no encontró sus maletas en el lugar en el que recuerda las había dejado, las buscó por las habitaciones de la casa, las que recuerda más cerca y con las que estaba seguro de qué no se perdería.

Fue extraño encontrarlas en la que le habían dicho que era su habitación. No sabe si fue él quien las llevó ahí y lo olvidó, pero estaba seguro de que eso no era, pues recuerda casi haber tomado fotografías de dónde las había dejado, no tenía mala memoria.

Así que pensó que tal vez el señor NamJoon se tomó la molestia de llevarlas a su habitación, entonces dejó de pensar en eso y decidió preparar una merienda, tenía hambre.

Entonces dejó al muñeco en la habitación que le pertenece, sentado en la cama de jungkook y bajó a la cocina para hacer lo que tenía planeado.

En eso había recibido una llamada de su madre y se pusieron a charlar un poco.

Él no entendía lo que pasaba y pensó en irse con sus padres y dejar al muñeco solo en la casa, no es como si fuera a pasarle algo de todos modos, y ya cuando acabará el lapso de tiempo que le dijo la pareja que se irían volver un día antes y fingir que estuvo todo ese tiempo con el muñeco.

Pero luego vió la gran cantidad de dinero en la isla de la cocina y pensó que tal vez no sería tan malo quedarse, para eso le estaban pagando, tenía una enorme casa antigua por explorar, y un pueblo que conocer.

Así que ¿Que podría salir mal?.

—Bueno...

¿Quieres venir a casa? Puedo decirle a tu padre que vaya por tí, no hay problema, cariño.

Era tentador, tal vez si...

TaeHyung iba a responder pero un golpe en el segundo piso lo hizo sobresaltarse.

—¿Que fue eso? —dejó el cuchillo sobre la tabla de picar, al lado de las fresas y miró al marco que daba a la cocina.

—¿Que pasa?

—Olvidalo, mamá. Me quedaré aquí, te llamo luego.

¿Seguro? Está bien, cariño. Adiós, te amo.

Tambien te amo. Bye.

Y él colgó aún mirando la puerta.

Decidido dejó su celular en la isla y empezó a caminar fuera de la cocina, el silencio en la casa le ponía los pelos de punta, tal vez debería encender alguno de los televisores que había en la casa, o al menos una bocina que había traído y poner algo de música.

Así no sería tan irritante estar en silencio.

Subió las escaleras de manera lenta, sujetándose de la baranda y vió a ambos lados del pasillo tratando de descifrar de donde había venido ese sonido.

Muñequito [Taekook] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora