Siete

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Cuando despertó, TaeHyung se sintió muy desorientado.

Pero sobre todo estaba aterrado.

Despertó en su cama, eso fue de lo primero que se percató, por un momento pensó que tal vez todo había sido una horrible pesadilla, hace tiempo ya no tenía una.

Pero descartó esa idea cuándo un dolor punzante se instaló en su cabeza y muñeca derecha. Recuerda perfectamente haber caído sobre su brazo.

Entonces las lágrimas empezaron a caer, recorriendo sus mejillas. No lágrimas de tristeza, no, eran lágrimas de miedo y desesperación.

¿Que mierda había pasado anoche?

¿¡Cómo carajos llegó a su cama!?

Necesitaba salir de esa maldita casa ahora mismo, ya no le importaba quedar mal con la pareja Jeon, primero estaba él.

Se iba a volver loco si no se iba ahora mismo, así que, con mucho miedo se levantó de su cama, podía sentir sus piernas temblorosas.

Llegó a su maleta, que había dejado junto a la puerta, y la tomó, para empezar a guardar todas sus cosas en ella, ni siquiera se dió el tiempo de doblar todo como un maniático de la limpieza y el orden que era.

No, todo hecho bola en la maleta y luego la cerró con desesperación. Se puso sus tenis y acomodó su suéter negro de lana que traía puesto.

No acomodó la cama, solo tomó su celular de la mesita de noche, y a pasos apresurados salió de la habitación hasta el living, esta vez tomándose el tiempo de caminar cuidadosamente las escaleras del demonio.

Su mano dolía horrores, su cabeza aún dolía un poco, no tanto como su muñeca, probablemente tenía un esguince.

Dejó su maleta en la alfombra del living y fue directo a la cocina, dónde había visto que la señora Jeon tenía un botiquín de emergencia, tal vez ahí podría encontrar algún analgésico y vendas para su muñeca.

Sacó la cajita blanca y empezó a buscar lo que necesitaba, unas pastillas para el dolor que se tomó rápidamente, no más de dos, se colocó pomada para aliviar un poco el dolor en su muñeca —que cabe decir había empezado a inflamarse— y luego una venda algo apretada.

Ya listo, la vió y suspiró sintiéndose mínimamente mejor.

En su cabeza aún rondaban imágenes de lo que él está seguro pasó la noche anterior. Esa sombra, silueta negra de la que no pudo ver el rostro, solo unos potentes ojos blancos.

Un escalofrío recorrió su espalda.

Y ahí estaba otra vez esa maldita sensación de que lo estaban observando.

Miró en todas direcciones, no encontrando nada. Un suspiro tembloroso salió de sus labios resecos, sintiendo el aura del lugar de repente muy pesada, tragó saliva y decidió que era mejor salir de la cocina.

Soltó un pequeño grito cuando llegó al living y encontró a jungkook sentado cómodamente en uno de los sofás. Se sostuvo el pecho justo donde sentía su corazón latir desenfrenado.

—Joder, tengo que irme ya.

Miró al muñeco una vez más, sintiéndose muy incómodo de estar en la misma habitación con él.

Ignoró sus pensamientos y sacó su celular de su bolsillo, marcando rápidamente el número de su madre que se sabía de memoria.

Ella contestó al tercer tono.

¿Hola? Cariño.

—M-Mamá...

¿Que pasa hijo?

Muñequito [Taekook] [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora