En el horizonte se divisaba una gran isla, tenía la forma de una gran torre compuesta solo de rocas y pasto. Cruzaba el paisaje de Namekusei, resaltando como un gigante en la llanura. Gokú lo miró con curiosidad y continuó acercándose.
—¿Ahí se encuentra el Patriarca? —preguntó él.
Dende asintió y los guió hacia allí, aterrizando suavemente en la superficie rocosa.
—¡Nail! —el pequeño Namekuseijin corrió de repente hacia un extraterrestre mucho más alto, tan similar a Piccolo que Gokú tuvo que frotar sus ojos para asegurarse de que no se lo estaba imaginando.
—Dende, trajiste de vuelta a los terrícolas —Nail caminó hacia ellos y miró a Yamcha y Krillin calmadamente. Luego su mirada se volvió hacia Gokú y Gohan—. ¿Y ellos quiénes son?
—¡Hola! Soy Gokú, y este es mi hijo Gohan.
Nail los observó detenidamente y frunció el ceño.
—Ustedes son Saiyajin...
—Sí, pero no tenemos nada que ver con ese tal Freezer.
—Gokú es uno de nosotros. Pensamos que tal vez el Gran Patriarca podría ayudarle a desbloquear su poder oculto, al igual que el de Gohan —respondió Krillin—. ¿Crees que estaría bien pedírselo?
Nail no respondió. Pero los guió silenciosamente hacia el interior de la torre, hasta un Namekuseijin enorme, el más grande que Gokú había visto jamás. Se quedó congelado frente al gigante verde, que parecía envejecer hasta la muerte en su trono. El Gran Patriarca era viejo, casi una antigüedad. Más viejo que Kamisama, lo que era muy difícil de imaginar para Gokú.
—Nail, ¿a quién me has traído? —su voz resonó a través del alto techo de la casa—. Dos de ellos reconozco, pero los otros... son Saiyajin.
—Bueno, sólo una parte —agregó Gohan, levantando la mano—. ¿Es usted el Señor Patriarca?
—El Gran Patriarca —corrigió Nail firmemente—. Es nuestro padre.
Nail prosiguió entonces a explicar sobre la desastrosa sequía que había matado a prácticamente todos los Namekuseijin hace muchos, muchos años y cómo había sido el Gran Patriarca quien creó las Esferas del Dragón; también mencionó algo de que el abuelo o padre o bisabuelo de Piccolo (Gokú no recordaba bien) había dejado Namekusei para escapar de la sequía, y aparentemente esa era la razón por la que había Esferas del Dragón en la Tierra. Para ser sincero, Gokú no prestó atención a mucho de la historia, se distrajo tratando de percibir el Ki de los Saiyajin. Sabía que Yamcha estaba muy preocupado por Bulma, y con mucha razón. Aparentemente ella acababa de venderse a un alienígena homicida, que para complicarlo todo, también resultaba ser su ex novio.
Aunque, Gokú no era capaz de entender nada de esto. Bulma estaba enviando dos señales muy diferentes. No parecía tenerle miedo a Vegeta, eso era obvio. Pero ¿por qué nunca lo había mencionado antes? Él recordaba el día en que le pidieron al Dragón que la trajera de vuelta, y en ese entonces Bulma no mencionó nada sobre dónde había ido, ni sobre Vegeta ni sobre nadie en particular. "Si de verdad lo quería, ¿por qué no reunió las esferas y lo trajo con ella? ¿Por qué no nos dijo nada sobre él?" El Saiyajin echó un vistazo a Yamcha, viendo luego que el Gran Patriarca al fin había terminado de hablar y levantó una mano sobre Gohan. "¿Por qué decidió quedarse con Yamcha?"
Pero no podía sentir ninguna fluctuación en los Kis. El de Bulma era difícil de percibir a veces, porque era demasiado pequeño, pero ahí estaba como siempre, sin agitación alguna.
—¿Papá?
A no ser que todo esto tenga que ver con el tal Freezer. Ella parecía muy preocupada por ese asunto. Ni siquiera quería que él ayudara a Vegeta a enfrentarlo, pero tampoco parecía desear que Vegeta peleara solo. Freezer parecía ser la razón por la que no mencionó nada sobre su estadía con los Saiyajin. Gokú, incluso cuando joven, o especialmente cuando joven, habría intentado ayudarles. Y si Freezer era tan poderoso como decían, eso definitivamente habría terminado en su muerte.
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Deseos Peligrosos (Vegebul)
FanficAU. Secuela de "Pide un deseo" ¡Ten cuidado con lo que deseas! Luego de su regreso a la Tierra, Bulma hace lo posible para olvidar su aventura en el espacio. Pero las repercusiones de su deseo continúan, especialmente luego del inevitable reencuentr...