Capítulo 20: En un mundo oscuro

635 53 23
                                    

Fue difícil convencer a Piccolo de que ya no necesitaba que lo cargaran, pero de alguna manera Gohan lo logró. Por mucho que quisiera volar de regreso hacia su padre y su tío Vegeta, sabía que no era la mejor opción. Quería vivir y quería que su tío Raditz viviera también, pero no había manera de que pudiera dejar Namekusei sin su padre y sus otros amigos.

Freezer los cazaría eventualmente, separándolos y luego matándolos uno a uno. Claro, el niño Saiyajin no conocía muy bien al emperador, pero sabía que era despiadado. Sabía que Freezer no tenía reparos en matar, y que la criatura estaba decidida a acabar con la raza Saiyajin y con cualquier persona conectada a ella.

—La nave no está demasiado lejos —Piccolo no volaba demasiado rápido. Mucha velocidad produciría un Ki fácil de detectar, y no podían arriesgarse. El cuerpo de Raditz, por otro lado, era voluminoso y dificultaba el vuelo.

Gohan echó un vistazo a su tío muerto. Por supuesto, él sabía que la Tierra tenía sus propias esferas para conceder deseos. ¡El niño solía usar una de ellas en su sombrero! Se había inestabilizado ante la muerte de su tío, su pensamiento racional nublado por la furia y la necesidad de pelear.

—Shenlong puede revivir a Raditz, ¿verdad? —preguntó luego de aclarar su garganta.

El Namekuseijin se encogió de hombros sin comprometerse.

—Tal vez. Shenlong revive a una persona generalmente en donde está su cuerpo.

—Sin embargo, podríamos hacerlo aquí... con nuestro último deseo, ¿no?

Piccolo parecía silencioso entonces, aunque Gohan no entendía por qué. No era tan absurdo, pero el Namekuseijin parecía reacio a dar algún tipo de respuesta. Gohan decidió hacer una pregunta diferente.

—¿Entonces el tío Raditz vivirá en la Tierra con nosotros?

Piccolo no respondió de inmediato. Disminuyó la velocidad aún más y comenzó a descender, la nave espacial Namekuseijin podía avistarse claramente en el suelo.

—No estoy seguro si un Saiyajin se sentiría cómodo con una vida en la Tierra.

—Pero mi papá está bien, señor Piccolo.

—Ese viejo hombre tortuga dijo que tu papá experimentó un trauma en la cabeza cuando era niño —Piccolo tornó los ojos—. Debí haberlo adivinado antes.

Gohan se encogió de hombros y sacudió su cola por el aire.

—Sin embargo, estará bien. Al tío Raditz y al tío Vegeta les gustará la Tierra, sé que lo harán —pero no estaba tan seguro de eso. Ambos eran tan volátiles y tan acostumbrados a luchar. Seguramente sería un gran cambio, pero de todos modos tenía que ser mucho mejor que la vida que conocían como esclavos de Freezer—. No puedo esperar para ver a mi mamá de nuevo.

—La verás.

—Aunque probablemente solo me haga estudiar... —No pudo evitar sonreír un poco ante eso. Era extraño lo fácil que podían cambiar las prioridades. Nunca pensó que habría un día en que echaría de menos los regaños de su madre.

Gohan miró la nave espacial que se encontraba frente a él. Aunque impresionante, todavía parecía un poco primitiva en comparación con las naves espaciales de Freezer. Era blanca y morada, y parecida a una concha. La nave espacial, extrañamente, tenía un estilo arquitectónico similar a la de los pueblos Namekuseijin que habían visto.

—Qué desperdicio —gruñó Piccolo.

—¿Eh? —Eso tomó por sorpresa a Gohan. En lo que respecta al avance tecnológico, la nave espacial fue un gran paso para los terrícolas. Por supuesto, el niño no recomendaba explorar el espacio demasiado a fondo. Después de su pequeña aventura con los Saiyajin, dudaba que algún tipo de viaje especial fuera a terminar bien para los humanos—. ¿Qué quiere decir, señor Piccolo?

Deseos Peligrosos (Vegebul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora