Capítulo 21: Que se haga la luz

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No había más que silencio.

Las ruidosas explosiones se detuvieron tan repentinamente que Bulma creyó que se había quedado sorda. El suelo temblaba y parecía que las nubes oscuras habían cubierto todo el cielo, como tinta en un charco de agua. El área a su alrededor lucía fragmentada. Grietas como telarañas parecían extenderse cada vez más sobre la superficie terrestre del planeta.

"Esto no puede ser nada bueno."

—¿Qué sucedió? ¿En dónde está Vegeta? —Bulma miró entre Yamcha y Krilin, pero ninguno respondió a su pregunta. En cambio, estaban mirando a otra persona que volaba hacia ellos y Bulma inmediatamente se arrojó sobre el Saiyajin—. ¡Gokú!

El guerrero la ignoró por completo y simplemente la alzó, lanzándola encima de su hombro.

—Vámonos.

Bulma lo golpeó en la espalda.

—¡Gokú! ¿Qué estás haciendo? —estaba enojada y confundida. ¡Nadie la agarraba así! Bueno, nadie aparte de Vegeta, pero Gokú ciertamente no tenía permitido hacerlo—. ¿Qué sucede contigo?

El Saiyajin la ignoró una vez más.

—Krilin, Yamcha, regresen a la nave. Gohan y Piccolo deberían estar allí —Gokú finalmente se dirigió a ella—. Bulma, ¿todavía tienes las Esferas del Dragón?

Sus ojos azules se abrieron. Se había olvidado por completo de que tenía las esferas guardadas en una cápsula en su bolsillo. Todavía quedaba un deseo por pedir.

—Sí, aquí están. ¿Por qué?

—Dáselas a Krilin.

—No puedo hacer eso en esta posición, Gokú —protestó Bulma.

—Correcto —Gokú cuidadosamente colocó a Bulma en el suelo, suspirando con frustración. Obviamente había algo que preocupaba al Saiyajin, tal vez algo más que la amenaza de Freezer.

Bulma sacó la cápsula de su bolsillo y se la arrojó a Krilin.

—Asegúrate de no perderlas.

—Se las entregaré al malvado alienígena en la primera oportunidad que se presente —se burló Krilin—. Vamos, Bulma. ¿Pero qué planeas hacer con ellas, Gokú?

—Necesito que desees que todos regresen a la Tierra, excepto Vegeta y yo —la voz de Gokú era severa, inflexible. Él se mantuvo firme sobre esta decisión, pero no impidió que Bulma protestara con vehemencia.

—No, por supuesto que no. ¿Te das cuenta de todo lo que está mal con ese deseo? ¡Es casi tan estúpido como la obsesión de Vegeta con la inmortalidad! —Bulma levantó las manos. No podía creer lo que estaba escuchando—. En primer lugar, ¡desear que todos, excepto tú y Vegeta, regresen a la Tierra significaría que estarías sacando a todos los Namekuseijin de su planeta! ¡Sin mencionar al propio Freezer!

—¡Oh sí! —Goku dejó caer su fachada seria por un breve segundo, pero rápidamente recuperó su estoicismo—. Desea que todos regresen a la Tierra excepto yo, Vegeta y Freezer.

—No entiendo, Gokú —dudó Krilin—. Estamos aquí para ayudarte. Déjanos ayudarte...

—No. Ustedes tienen que salir de aquí ahora —Gokú señaló las nubes arremolinándose en el cielo. Parecía que el dragón estaba a punto de ser convocado nuevamente, lo cual era imposible, ya que las siete Esferas del Dragón estaban en la mano de Krilin—. Freezer envió una explosión de Ki directamente al núcleo de este planeta. Dijo que solo tenemos una hora antes de que todo el planeta explote.

"¿Qué?"

El corazón de Bulma latía con fuerza, saltando en su pecho. No había escuchado correctamente, ¿verdad? ¿Este planeta estaba a punto de explotar y cabía la posibilidad de que su mejor amigo y Vegeta quedaran atrapados en él? De ninguna manera. No estaba pasando. Bulma se mordió el labio inferior, enfurecida con la suerte que le tocaba.

Deseos Peligrosos (Vegebul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora