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12. Tensión.

Después de mi grito aterrador. Me sostuve del pecho como si se me fuese a salir el corazón en cualquier instante.

—¡Morfeo no me asustes así!—dije casi en un chillido mientras daba saltitos—¡Dios mio!

—¡Oiga!—se escuchó un grito proveniente de afuera así que me asome por la ventana para ver de quien se pudiese tratar. Era mi vecino—¿Se encuentra bien?

—¡Todo está bien! ¡Solo era una rata! ¡Mi gato la atrapo, gracias!

Sin más el vecino regresó a su casa y yo regrese a mi lugar. Casi me andaba desmayando. Pero después mi respiración al igual que los latidos de mi corazón regresaron a la normalidad. Me tome un poco de tiempo.

—Lo siento.

Fue lo único que dijo.

Te odio en este instante, Morfeo—suspire.

Una vez estando estable recargue mi espalda sobre la barra de la isla de mi cocina, apoyando mis brazos también en ella.

Y mi mirada de estar en el suelo pasó a él. Quien estaba quieto en su lugar, y vestía como habitualmente. Me gustaba como le quedaba el color negro. Lo hacía lucir tan... siniestro, misterioso y...atractivo. Y de verlo solo me daba cosquillas.

Y en sus ojos brillosos notaba que se estaba conteniendo. Y las comisuras de sus labios estaban más elevados. ¿Eso acaso es una sonrisa?

—¿Te estas burlando de mí, Morfeo?—le pregunte sonriendo, pero era una sonrisa de ofendida—Que malvado eres.

Negué con la cabeza. Este hombre sorprendiéndome con sus apariciones de la nada. Burlándose de mí.

Y fue cuando pude presenciar cómo me sonrió de una manera tan sincera y tan linda. Y mi corazón latió con más fuerza. Supe que estaba mal.

Hasta su sonrisa era bonita.

—Ay Morfeo—negué con la cabeza de manera sarcástica—, mira el desastre que me hiciste hacer.

Señale el lugar, donde había palomitas regadas por toda la cocina, y él no quitó esa sonrisa de su rostro. Lo que me pareció lindo de ver como se estaba dejando expresar conmigo. Y como se permitía sonreír , y mostrarme que no solo podía tener cara seria durante todo el día, si no que también era vulnerable a reírse de situaciones desastrosas como estas. Lo que me demostraba que ya me tenía un poco más de confianza. O quizás un poco menos de miedo como al principio.

—Para la siguiente vez, siquiera habla.

—Está bien—levantó las manos en rendición, mostrándome su perfecta dentadura y como se le marcaban líneas de expresión a lado de sus ojos — La siguiente vez será mejor, te lo prometo.

¿Quién es el hombre de mis sueños?  [The Sandman I ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora