¿Quién es el hombre de mis sueños? [The Sandman I ]

3

3. Curiosa.

The king of the dreams.

—¿Quién es esa de allá, mi señor?

Preguntó Matthew cuando nos encontrábamos en un acantilado, mirando el panorama. Y como ya hacía una lancha en medio del mar. 

—Mi señor— Pesadilla, una de las mejores versiones que pude crear. Con aspecto de un pulpo, pero con extremidades humanas. Se arrodillo frente a mí—. ¿Desea que deje mi labor?

Matthew me miró esperando mi respuesta.

—No. Puedes continuar.

Asintió, se puso de pie y saltó por el acantilado cayendo en las profundidades del mar. Un mar de aguas claras y bellas, pero en cuanto llegó a las profundidades la marea se volvió rebelde, peligrosa. Y en cuanto al cielo, las nubes se tornaron de un negro oscuro, con una especie de tormenta.

—¿No va interferir? ¿Va dejar que tenga una mala noche?

Seguía mirando al frente, sin perder mi postura. La escena estaba por comenzar.

—No voy a interferir con algo que le corresponde merecer. Si no existen las malas noches, nadie anhelaría las buenas.

Se quedó callado, mirando junto conmigo como Leah se trataba de defender de las criaturas marinas que la trataban de atacar. Como un calamar trataba de asfixiarla y comenzaba a gritar con desesperación, con terror. Y como lo cortaba con alguna herramienta y caía muerto en sus piernas. 

La tormenta marina se intensificó que hizo que mi cabello y mis ropas  se moviera al son del viento.

Seguía luchando, parece ser fuerte contra lo que le hace mal.

Interesante—pensé.

—¿No va ser que esto termine?

Continuaba observándola, analizando sus movimientos. Esperando que en una situación de euforia y peligro se revelase, y demostrará la verdadera naturaleza que oculta. Que me quitara esa duda y curiosidad de encima.

Y su mirada a través de la distancia me distinguió, conectó con la mía. Se aferró a mí de manera desesperada. Creo una conexión, un choque de energía, un silencio. Como si solo existiéramos nosotros en ese instante. Como si pudiéramos conectarnos con la mirada. Eran sus ojos oscuros los que me hablaban de su miedo, su curiosidad y... 

—¿Leah?

Se sumergió entre la marea. Finalizando con su pesadilla.