16. Ultimo mes.
Y la primera semana de diciembre comenzó.
El espíritu navideño estaba por doquier. Las casas estaban decoradas de una forma muy llamativa. Con Muchas luces coloridas al rededor, figuras de renos en los techos y santas inmensos en los jardines. Y los árboles navideños ya puestos llenos de esferas brillantes y estrellas doradas. Entre más cosas.
Siempre que se llegaba esta fecha, me sentía extraña. Se creaba en mí un hueco, en mi mente y en mi pecho. Dejándome una sensación de vacío. Un extraño sentir.
Como si algo dentro de mi se removiera.—¿Te ayudo con eso?—me percate de la presencia de Sam a mi lado cuando estaba colocando las luces en el árbol navideño.
Estaba en casa de Rita. Decorando. Ya que ella era de las personas que considere más navideñas de todo Chicago, pero que cuenta con poco tiempo como para hacerlo todo. Y hay personas como nosotras 2 que no tenía nada que hacer un Lunes por la mañana y que no fue molestia ayudarle a decorar su hogar.
—Está bien, he terminado.
Me puse de pie finalmente de haber estado arrodillada por unos minutos.
—Bien. Antes de que te vayas, Rita me encargó que te diera esto.
Me extendió un papel con una dirección anotada—Para un favor.
Y vaya la sorpresa que se trataba de nuevamente ese lugar.
—Claro, no hay problema—me encamine hacia el patio. Ella junto conmigo. Ya que habíamos finalizado de decorar, y ya era hora de volver. Sin embargo, Sam se quedaría de niñera.
—Volveré para navidad—me despedí con un abrazo.
Me subí a mi auto. Y por la ventana pude ver por último como Sam cargaba a Emma en brazos, y las dos me hacían una seña con la mano, despidiéndose.
—Buen viaje Leah.
Solo sonreí sin mostrar los dientes. Y emprendí viaje de regreso a casa. No sin antes pasar por el pedido que me encargo Rita. Como la última vez.
Las calles eran más transitadas a estas horas del día, porque la mayoría de personas suelen regresar a casa para la cena.
Tardando un poco por el tránsito, finalmente había tomado la esquina de la cuadra, adentrándome a la propiedad privada.
Apague el auto estacionando en el mismo lugar que la última vez que estuve aquí. Descendí de éste sin dejar de mirar la casa. No dejaba de pensar en aquello que me transmitía, era extraño. Familiar. Pero...algo que me daba escalofríos. Me desconcertaba.
Al llegar a estar fuera de su puerta, me sacudí un poco las botas ya que se habían sumergido un poco en la nieve, dejando rastro de ella en las suelas.
Se escucharon unos pasos acercarse, lo que me pareció raro. Esta vez no tuve que utilizar el aldaba. Abrió, dejando ver su limpio rostro. Y su corto cabello cenizo perfectamente peinado a los lados de su rostro.
—Leah, pasa.
Se hizo a un lado, y pase. Note que estaba encendida su chimenea, y pronto la cálida temperatura de su sala me recibió.
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¿Quién es el hombre de mis sueños? [The Sandman I ]
FantasyLeah visita el mundo de la ensoñación mientras duerme como todas las noches, pero una noche llega a encontrarse con un hombre, tan imponente y misterioso. Lo mira tan claro, y recuerda que lo ha visto anteriormente por el jardín que camina. ¿Quién e...