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*Hay un capítulo antes que éste, por si wattpad no les notifico. El capítulo 14 contiene el beso de Morfeo con Leah*

15. Ojos llorosos.

El mundo de la ensoñación a veces parece ser más real que el mundo de la vigilia

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El mundo de la ensoñación a veces parece ser más real que el mundo de la vigilia.

El sol de la playa era insoportable, que ni cubriéndome con una mano la cara dejaba de ser molesto, y la arena me estaba comenzando a quemar los pies.

Hasta que de pronto sentí su presencia venir a lo lejos. Me di vuelta y ahí venía. Don Arenitas.

Su gabardina oscura se movía con cada paso que él daba. Tan seguro de sí mismo, del poder que lo rodea. Su cara toda seria. Sin expresión alguna. 

Mi corazón al verlo venir parecía latir con tanta fuerza y con tanta rapidez como si hubiese corrido kilómetros. Que hasta la respiración se me iba.

Camine en su encuentro. Y él camino al mio.

Habían pasado algunos días después de nuestra última visita. Donde él y yo nos declaramos. Si me pongo a pensar en ello, en sus palabras, su tacto y su calor, me da un cosquilleo haciéndome estremecer. Haciéndome temblar y volverme un manojo de nervios. Rendirme ante él. Y querer que sucediese de nuevo.

Antes de llegar a mí, sus labios se curvaron hacia arriba, en una pequeña sonrisa.

—¿Qué te sucede?

Daba pequeños saltitos evitando tener mucho contacto con la arena. Lo cual después llego a entender.

—¿Te molesta?—refiriéndose a el clima. Y yo solo asentí desesperada mientras me acercaba a él.

Alzó su mano en el aire, señalando el cielo. He hizo un giro con su mano y el cielo cambio. De estar el sol en lo alto, pasó a ser crepúsculo. Y la luz cálida de sus rayos hacia reflejo en el agua del mar. De olas pacíficas y claras. Y debajo de mis pies la arena se comenzaba a enfriar, y cuando se volvió cómoda, pise con pie completo y ya no solo de puntillas. También agrego algo de viento fresco, donde su ropa y mi ropa se movían tal cual el viento. Desvaneciendo el calor.

—Te lo agradezco.

Fue lo que le dije cuando lo tuve cara a cara finalmente. Y volver a verle tan de cerca  mis piernas parecían debilitarse, volviéndose gelatina.Mirándonos fijamente, me entro nerviosismo y no pude sostenerle la mirada, por lo que mire rápidamente a otra parte. Concentrándome en el sonido del mar. Me sorprendió cuando tomo de mi rostro con delicadeza, como si fuese de porcelana entre sus dedos. Haciéndome volver a verle, acercarme a él. Lo más íntimo que tendríamos siempre seria la conexión de nuestras miradas, el brillo y el corazón plasmado en ellos, hablando por sí solos, comunicándose.

Él el mar, y yo la arena.

Me acerque a su rostro con timidez, aún no manejaba bien el impulso y la tentación de querer tocar su piel, de sentir nuevamente la suavidad de su boca, su aroma y su respiración. Me miro cautivado, pues fui yo quien tomo sus labios esta vez. Y fue como un choque electrificante.

¿Quién es el hombre de mis sueños?  [The Sandman I ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora