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30.Otro ser.

Me teletransporto ciegamente, apareciendo en un oscuro y sucio callejón abandonado, donde ratas era lo único que pasaba por ahí.

Se me forma un nudo en la garganta al recordar las palabras de mi hermana, pero continuo. Me pregunto cómo es que podría pasar una cosa así. Es imposible.

Sigo el camino que Matthew ha trazado para mí, ya que por una extraña razón hay corrientes de energía que no me permiten teletransportarme correctamente.
Volviendo esto aún más sospechoso.

Pronto se hace presente el sonido de la ciudad.

En medio de la calle las personas que pasan me miran con suma extrañeza. Suponiendo que no era normal que alguien como yo saliera de la nada de un oscuro callejón. Y tampoco puedo volverme invisible ahora ante ellos.

—Puedo sentir su presencia en algún lugar de esta plaza—susurra Matthew al llegar a mi hombro.

¿Cómo es que no soy posible de percibir su aura o presencia? ¿Por qué me lo impide?

—¿La siente?

—Aún no.

Respiro profundo, cerrando los ojos para concentrarme en recordar su aroma, su dulce aroma a moras. Su cálido calor, su suave tacto, tratando de encender aquel vínculo que nos unía.

Hasta que...

—Sígueme—le indicó a mi compañero. Finalmente sintiendo su escénica.
Camino deprisa, tan desesperado al sentir que se debilitaba la conexión, desesperado en perderla.

—¿Morfeo?—me detengo abruptamente en cuanto escucho su voz. El corazón me da un vuelco.

Cuando volteo, se encontraba de pie a unos metros de mí, tan diminuta se veía con esa chaqueta blanca. Tan inofensiva sosteniendo únicamente su maletín azul.

Se acercó tan rápido a mí envolviendo sus brazos alrededor de mi cuerpo. Me quedé en mi lugar sin saber cómo reaccionar. Atragantando ese nudo en mi garganta.

—Eres tú—Suspiro tan fuerte contra mi pecho. Y me abrazó con más fuerza.
El pecho me arde y no pude resistirme más, le devolví el abrazo, cerrando mis ojos al contacto.

Se separó un poco de mí para verme a la cara, hubo un destello extraño pasar por su mirada.

—Estás helado—acuno mi mejilla en la palma de su mano—. Vamos a casa, ¿Si?

Asentí, sin dar respuesta.

Me tomó del brazo y caminamos hacía su casa.

En cuanto abrió la puerta su gato dio un salto del lugar en donde estaba y fue corriendo hacía mí. Se tumbó al llegar a mis pies y comenzó a ronronear.

—Le agradas mucho—mencionó Leah al mismo tiempo que se quitaba su chaqueta.

Tome a Skipper entre mis brazos y comencé a acariciar su brilloso pelaje gris.

—Hola pequeño—le susurre a lo que este me contestó con un Miau.

Al mirar al frente, noté lo desordenada que se encontraba su casa. Como si un torbellino hubiese pasado por ahí. Entre junte las cejas. Pareció leer mi expresión.

¿Quién es el hombre de mis sueños?  [The Sandman I ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora