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28.¿Quién eres?
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—Escúchame bien. Esto es un poco más delicado de lo que piensas.

Atónita, sin saber qué contestar o como reaccionar me quedé mirando al vacío, esperando sus siguientes palabras, esperando a que me cayeran como un balde de agua fría.

La mujer más joven se arrodillo quedando cerca de mí, me miró con tal lastima que hasta a mí me dolió el corazón.

—Eres una de sus hijas—susurro con delicadeza, como si le hablara a un objeto frágil a punto de romperse—. Tú, fuiste una de sus atroces creaciones.

Lo recuerdo. Cuando abrí los ojos por primera vez al llegar a este mundo. Su imponente presencia enfrente de mí, alabando su creación a lado de...¿Desire?

—¿Estas recordando?

—Eso hago.

—Durante el día tendrás encuentros con tu pasado. No salgas de casa, pequeña. No hasta que la conozcas a ella.

—¿Ella?

—A Alianora.

Mi verdadero ser. Ahora lo creo entender. Quien soy no soy quien soy en verdad, solo soy una máscara ocultando la oscuridad. Y esa oscuridad que pronto reemplazará mi alma.

—Creemos en ti Leah, pero no en ella. Es un eco, un ser oscuro frívolo y sin compasión.

Se puso de pie, mirándome desde arriba. Podía sentir como si me hiciera más diminuta, como si todo a mi alrededor tratara de desaparecerme.

Las 3 desaparecieron sin darme cuenta.

Y aunque dentro de poco lucharía contra mis pensamientos, asimilando mis recuerdos, y enfrentarme contra ese ser. 

Solo podía pensar en él. Mi amado Morfeo.

Atragante, ¿De donde tomaré las fuerzas para hacer esto? ¿Cómo me enfrentaré a ella? ¿Como estaré junto a él sin lastimarlo?

Mi corazón se apachurro con el último pensamiento.

Quizás esa fue siempre mi función, lastimar.

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The King of the dreams.

¿Dónde estás Leah?

—Mi señor—Lucienne se acerca a mí. No la puedo visualizar bien ya que tengo la mirada perdida en el cielo de la noche, el cielo de los sueños. Siguiendo con la mirada una medusa dorada que se mueve de un lado a otro esparciendo partículas de luz en el cielo—, el suelo frío le traerá dolor de espalda.

El suelo frío duele menos con lo que siente mi pecho en estos momentos.

—¿Mi señor?

De estar tirado me enderezo un poco, recostando mi espalda en la pared de la alcoba. Me atrevo a ver a mi compañera, quien trae consigo un vaso de agua. Me lo ofrece en conjunto con una mirada compasiva. Y lo acepto.

Bebo de su contenido y me refresca la boca. Le devuelvo el vaso sin mirarla.

Su lástima no me era grata.

—No tienes porque mirarme de esa manera.

—Lo siento mi señor, no es mi intención. Matthew me contó sobre la situación y no pude evitar preocuparme por usted. 

—Estaré mejor cuando entienda que es lo que pasó y qué es lo que está pasando. Desapareció, Lucienne—la mire fijamente—. Iba a tomar aire fresco, y no se como fue que se me ocurrió dejarle ir sola. La he buscado desde hace días y no se de su paradero. No siento su presencia ni tampoco puedo escuchar sus pensamientos.

—Algo está mal, sin duda. Ella no podría regresar al mundo de la vigilia si no se encontraba en un sueño. ¿Ha considerado pedirle a Matthew que la busque?

—No.

Que estupido. ¿Comó es que no envié al cuervo?

Pensar tanto las cosas me estaba haciendo olvidar las cosas pequeñas.

—Matthew.

En cuanto lo llame se escucharon sus alas revolotear por la terraza hasta llegar a posicionarse en mi hombro en un aterrizaje suave.

—Sí, mi señor.

—¿Por qué no se te ocurrió ir al mundo de la vigilia?

—¡Como se me pudo haber ocurrido señor! ¡Estaba igual de preocupado que usted! Mi pequeño cerebro de cuervo no podría pensar más que en penas.

—Claro—completo Lucienne.

—Bien, entonces iras ahora mismo.

—Por supuesto.

Y sin más se fue volando por el cielo, hasta verlo salir del mundo de la ensoñación.

Espero sea capaz de encontrarla, o de traer alguna pista de su paradero.

—Debe de estar tranquilo ahora. Pronto regresará trayendo noticias.

—Espero que apresure esas alas.

Me puse de pie, sacudiendo el polvo que se había pegado en mi gabardina.

Di unos cuantos pasos en dirección a la salida, decidiendome entre ir a dar un paseo nocturno para despejar mis pensamientos o ir a la biblioteca para averiguar...

Lucienne detrás de mí se detuvo al mismo tiempo que yo.

—¿Sucede algo?

Un ligero olor a papel quemado... Curioso.

Di otro paso más, pero el olor se intensificó a tal grado que ahora ese aroma vivía en mis fosas nasales.

En mis oídos un ligero ruido sonó, a la misma intensidad que si un pequeño metal fuera tocado.

Morfeo, Morfeo...

Mi nombre se escuchó sonar en mis odios. Ahora con una intensidad tan clara como si un ser común me estuviera hablando en este momento. Aunque de una manera estropeada.

—¿Alguien lo está llamando?

—Sí.

—¿Quién es?

—Calíope. Necesita de mí.

////////

N.A

Hola hola, como estan? Los extrañe un monton. Gracias de verdad por seguir apoyandome a pesar de que los descuido un poco.

Trate de darle mucho significado emotivo a este cap, si no les transmitio eso fracase con mi proposito jasashj

Hasta pronto. Los quiero, son increibles!

¿Quién es el hombre de mis sueños?  [The Sandman I ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora