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27. Trazos oscuros.

Dentro de las 8 horas que normalmente una persona debe de dormir, yo solo pude 30 minutos. Eso porque desperté con una extraña sensación en el pecho. Aquello se apoderaba de mí, haciéndolo cada vez más y más extenso, en mi pecho había un hueco.

Era curioso, quería pensar en algo exactamente. Pero no sabía que era. Como si aquel pensamiento fuera invisible, pero estuviera en algún rincón de mi mente. Acechandome.

Finalmente saqué las piernas de las suaves mantas que me cubrían para ahora hacer contacto con el frío suelo de mi habitación. Sentada en la orilla, coloque ambas manos a mis costados, sosteniéndome de los bordes de la cama. ¿Por qué me siento tan...extraña?

Suspiro fuerte, esta sensación la había sentido antes, y no me parece nada agradable.

Me pongo de pie y caminó hasta el baño. Sin encender del todo las luces más que observando con la ligera luz del despertar del sol, aún así lograba percibir el oscuro debajo de mis ojos. Ojeras de desvelo. 

Quedándome quieta unos segundos frente a mi reflejo, llega a mi una visión pero se va tan pronto como pestañeo. ¿Qué? ¿Qué fue eso? Llevo mi mano a mi hombro, recordando la sensación de aquella mano reposando en mí. Su tacto familiar...

Es producto de mis incompletas horas de sueño, sí, eso es.

Me paso las manos por la cara. Y decido en entrar a darme una ducha.

Necesito refrescar mi cuerpo, y tal vez mi mente.

[...]

Durante la mayor parte del día no hice más que enfocarme en mí trabajo. Sin embargo, algo sacudía mi mente, como si fuera de esas cajitas sorpresas que pronto quisieran salir a anunciar lo que contenian.

Mi teléfono vibro. Era mi prima Sam, ¿que querrá a estas horas de la tarde?

—Madam.

—¡Leah!

—¿Qué sucede?

—Hoy es cumpleaños de mi amiga Jimena, quiero que vengas ahora. Nos hace falta tu compañía.

—¿Jimena la...

—La rockerita que se beso a Alex Turner, sí, ella.

—Oh, está bien.

—Te mando la ubi.

—Claro, estoy allá en 5 minutos.

Bueno, el trabajo no fue suficiente, pero puede que esto despeje mi mente. Al fin y al cabo es un cumpleaños de amigas, ¿no?

[...]

Esto en definitiva no es un bar. He llegado a un antro de mala fama. "Heartless" era el lugar más concurrido por jovenes drogadictos y calenturientos. Y el sonido de la música era tan fuerte que llegaba hasta este lado de la calle en donde había estacionado mi auto. Espero un loco de calle no lo raye con una llave o algo por el estilo.

¿Qué jodidos estoy haciendo aquí?—Pensé mientras daba algunos pasos a las jardineras afuera de este antro.

El lugar era muy vistoso, pero para nada eran mi tipo. Y Sam lo sabía.

¿Quién es el hombre de mis sueños?  [The Sandman I ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora