Sobre Aquella Colina | Ronance | Robin x Nancy

14. El primer paso para la libertad.

~Nancy~

Habíamos estado sentadas en aquella banca por 1 hora, solo tomándonos de la mano y con nuestras cabezas recargadas la una con la otra.

Algunas palabras y leves caricias aparecían de vez en cuando, éramos lo suficientemente discretas como para que la gente de al rededor no nos tomara importancia.

Disfrutábamos nuestro momento de silencio y tranquilidad, algunos pétalos de las flores que caían del árbol se habían enredado en nuestro cabello.

Aun parecía irreal que ahora Robin fuera mi novia, todo pasó muy rápido, todo esto iba demasiado bien como para ser real, pero por suerte no era un sueño, lo supe porque estuve pellizcando mi brazo.

Voltee a nuestro alrededor y note que las personas que estaban por aquí ya se habían ido.

—Parece que ya todos se fueron, supongo que es porque pronto comenzará a oscurecer—Mencione.

—Tienes razón, tal vez sea momento de irnos también.

—Sí, pero antes quiero una cosa.

—¿Qué cosa?

—Un beso en este hermoso lugar—Dije sonriendo.

—¿Y si alguien nos ve?

—No te preocupes demasiado, ya no hay nadie aquí.

Robin volteo rápidamente al rededor para confirmar lo que yo estaba diciendo.

—En ese caso, lo que usted pida señorita—Dijo Robin para después dejar un cálido beso en mis labios mientras acariciaba mi mejilla.

Todo era perfecto, ella lo era.
_________________________________________

Nos habíamos ido del parque y ahora me dirigía a casa,no llevaba el auto así que Robin me acompaño a pie.

Mientras caminábamos planee todo lo que haria llegando a casa.

—Ya se lo que haré—Dije.

—¿Sobre qué?

—Sobre contarle a mi familia de ti.

—¿Y qué es lo que se te ocurrió?—Pregunto Robin.

—Creo que lo mejor sería que hablara primero con Mike a solas, pienso hacerlo hoy mismo, el ya te conoce en persona, será más fácil.

—¿Y qué hay de tus padres?

—Dependiendo como reaccione Mike veré si es conveniente contarles pronto o si sería mejor esperar.

—Yo pensé en contarle a Steve mañana cuando llegue al trabajo.

—¿No prefieres que este ahí cuando se lo digas?

—No, se que yo puedo hacerlo sola.

—Tranquila, estoy segura de que el lo tomará bien.

Después de caminar por varios minutos y hablar sobre lo que haríamos, llegamos a mi casa.

Ya empezaba a oscurecer y Robin tendría que irse rápido para que la noche no le ganará antes de volver a su casa.