Historia de Doña Barbara que inicia en el capítulo 62 minuto 19:05. Otro final con escenas de la telenovela y mías propias donde el amor se mezcla con la venganza, los celos y la obsesión.
Santos decide enfrentar lo que siente frente a su familia y...
- Ya esta bien, Capitán. Su Coronel era un depravado el cual intento abusar de una menor, menor a la cual se ha pasado acosando desde que llego a estas tierras. Si usted va a imputar a mi hijastra y a mi mujer, yo lo hare con su Coronel y veremos quien gana, si dos pobres victimas de un sátiro o un sátiro depravado que se merecía el final que tuvo- respondió Santos
- Atrévase mendigo Doctorcito y yo le acuso ante el Presidente del País por ser La perfecta Tapadera de los revoltosos que lleva meses buscando- lo amenazo abiertamente
- Y eso es justo de lo que usted carece de darse cuenta de Las Perfectas Tapaderas ¿O acaso no se esta dando cuenta de que se están encubriendo la una a la otra para no ir a la cárcel?- dijo Santos dándose cuenta de la improvisación de Marisela y Barbara pues el día previo ambas acordaron lo que harían si Meléndez hacia algo en su contra y algo salía mal
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Barbara fue a Altamira a regalarle uno de sus vestidos para la fiesta y se encontró con una Marisela mas cabra loca de lo normal con las terneras de aquí para allá
- Ama estoy tan feliz. Me encanta el vestido que me has regalado y todo esta quedando tan perfecto. Va a ser la mejor fiesta de cumpleaños de mi vida y lo celebrare rodeada de las personas que mas amo en mi vida- decía una Marisela ilusionada dando vueltas con ella
- Para, paraa que me mareo- dijo Barbara notándolo
- Ay si es cierto que aunque ya no te marees pues si te doy muchas vueltas los síntomas pueden volver y te sentiste muy mal cuando estabas con ellos. Perdón ma, perdón bebe- contesto Marisela hablándole a su hermanito. Cecilia, Genoveva y Josefina llegaron justo en ese momento. Empezaron a ultimar detalles de nuevo con la joven, justo cuando Barbara las detuvo pues no había venido a ayudar
- Y por aquí pueden ir las flores- Cecilia lo organizaba todo pues quería que para la niña que era como su primera hija todo se viera divino esa noche
- Si, si y le podemos dar una a cada uno de los hombres tal vez y así mi abuelo acepte al fin a Andrés- contesto Josefina apenada, pues le dolía que no aceptara su amor
- Lo acabara aceptando, ya veras. ¿Me pueden dejar a solas con mi hija?- pidió Barbara
- Doña con todo el respeto, su hija esta muy ocupada, ya hablaran en otro momento- sugirió Cecilia pues su cara no era para nada alegre y no quería que arruinara su día previo
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- Ti...- Cecilia la regaño con la mirada, porque aunque la hubiera medio aceptado para no tener mas discusiones con su sobrino, jamás se acostumbraría a que ella le llamara tia- Cecilia- que la llamara por su nombre le gustaba mas- Entiendo todo su entusiasmo y le agradezco que llene de este jubilo a mi hija, pero necesito hablar con ella urgentemente- dijo Barbara llevándosela de allí a un sitio mas apartado
