Historia de Doña Barbara que inicia en el capítulo 62 minuto 19:05. Otro final con escenas de la telenovela y mías propias donde el amor se mezcla con la venganza, los celos y la obsesión.
Santos decide enfrentar lo que siente frente a su familia y...
Barbara y Santos partieron de esas tierras a la vez que Edgard Scott descubría porque su anterior patrón estaba tan interesado en esa familia y en el Arauca en realidad:
- Maldita sea donde estarán las chinchetas en esta casa- registraba entre los cajones ya que elaboraba croquis para detener al Sapo, cuando se topo con esos documentos. Estaban escritos en ingles, eran unas estudios mandados a hacer por William Danger hace mas de 2 años y de nuevo hace meses por Barbara Guaimaran - The oil- leyó lentamente a la vez que una sonrisa se dibujaba en su cara- La Chusmita es una diminuta mina de oro.
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Mientras tanto en el Aeropuerto de San Fernando.......
Barbara y Santos intentaban lidiar con su hijo, el cual se negaba a bajar del coche:
- Santi no se sube a esos bichos tan rápidos, nooooo- decía mientras sus padres intentaban sacarlo a fuerzas tirando cada uno de las piernas y otro de los brazos de su sillita- Eso esta muy grande y pesado para sostenerse en el aire, se va a caer- Santos compartió sonrisa cómplice con Barbara recordándole sus palabras la primera vez que lo tomaron. Era tan parecido a ella en algunas aspectos y tanto a el en otros, la mezcla perfecta entre los dos
- Te gustara Santi, no hacen casi ruido y te dan de comer en el vuelo- mintió Barbara pues no pensaban subir en primera clase que era donde daban catering y menús.
- Santi cerrar estomago- contesto apunto de llorar y dicho y hecho- NO QUIEROOO, NO QUIERROOO, NO QUIEROOO- Barbara y Santos intentaron calmarlo explicándole las ventajas de viajar en avión, hasta le dijeron que asi vería mas rápido a su medio hermana pero el pequeño no daba su brazo a torcer. No pensaba montarse en el avión por nada del mundo
- Asi que tengo un hijo cobarde- utilizo la misma estrategia que con Barbara, Santos
- Santi ser cauto- respondió el pequeño dejando de llorar escuchando mejor a su progenitor
- Pues no es lo que parece ya que esos bichos son muy seguros- contesto Santos a la misma vez que un avión frenaba con gran potencia y asustaba mas al niño
- Te lo pido por favor Santi, nos costo mucho conseguir las plazas. Baja del coche, pasa el control y súbete a ese avión, ya- junto sus manos a modo de suplica
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