Casi dos semanas luego de todo el escándalo en la clase de tango, ya había dominado por completo la primera coreografía que Jongin me enseñó.
Quizas en un pasado no hubiese imaginado tener a alguien a mi nivel como lo era Jongin. Quiero decir, Seulgi siempre había sido genial en lo que hacía, pero era distinto con Jongin. A lo mejor, porque este era un poco más dedicado que ella y se esforzaba el triple de lo que Seulgi hacía al practicar.Aún así, Jongin me incitaba a esforzarme cada vez más. En poco tiempo me encontraba sabiendo bien cómo era cada paso a dar, conocía lo que Jongin quería lograr con la presentación también.
Él me había explicado que debíamos actuar como si hubiese alguna conexión más allá de bailarín con bailarín. Tenía sentido, a mí me agradaba igual la idea, ya que decidimos grabar nuestra coreografía para poder verla cuando quisiéramos, además de que podía practicarla mejor en casa, y allí descubrí que nos veíamos bastante bien, a decir verdad.
La ligera diferencia de altura daba un buen toque; la canción Don Agustín Bardi, un viaje sin retorno. Había varias cosas que me gustaban de nuestro baile. Se sentía bien, era cómodo; tenue, pero fuerte a la vez.
De alguna forma, había regresado a oír música y grandes tangos que hacía tiempo no oía. No entendía por qué no había vuelto a esa época en la que me admiraba y disfrutaba tanto el género.
Poco a poco, Jongin me incitó a conectarme nuevamente con esos orígenes míos porque, según él, entendería mejor la pasión que creía estaba oculta en el fondo de mí sobre el tango. Y probablemente haya tenido razón.
Había vuelto a desvelarme al ensayar a solas. Incluso ambos comenzamos a despedirnos tarde de nuestros ensayos. En los últimos días solía irme a las dos de la mañana de su casa.
Pero ni siquiera el cansancio del día siguiente impedía a Jongin seguir esforzándose como se mantenía hasta ahora. Y eso fue algo que me obligó a poner más de mi parte, porque no quería quedarme atrás.
En la academia las cosas se habían quedado bastante tensas hasta el punto en el que Jongin y Baekhyun no se dirigían ni la mirada porque sabían que Sunkyung los tenía al límite entre ceja y ceja.
Yo de vez en cuando intercambiaba alguna que otra palabra con Naeun y Sehun, quienes también creyeron que lo que Baekhyun dijo estaba completamente de más, aun Sehun, quien no había estado presente en ese momento.
Él confesó que en realidad era amigo de Baekhyun hasta cierto punto porque a veces decía cosas muy tontas.
Por mi parte, yo tampoco pensaba que Sehun era un ángel o alguien muy agradable con el que pueda llevarme bien, pero al menos conmigo no era tan malo. O no me atacaba tanto, si lo hacía, conocía que era por broma.
Naeun odiaba a Jongin, sin embargo no lo decía. Ella no era del tipo de persona que también iba a tratarte mal si tú lo hacías, así que admiré eso de su personalidad desde el comienzo.
Con Baekhyun eran amigos, probablemente desde que habían llegado a la academia, y él la trataba bien, como su amiga. Pero no entendía esa actitud idiota que tuvo la última vez con en Jongin. Allí sí creyó que se pasó por completo y dejaron de hablar por unos días.Por otro lado, Jongin tampoco es que hablase demasiado conmigo en la clase, sino todo lo contrario. Él realmente se centraba en sus lecciones y ni siquiera los cortos recesos los utilizaba para socializar; prefería realizar estiraciones, en cambio.
La única vez en la que hablábamos, era cuando volvíamos de la clase a su casa. Teníamos conversaciones tontas sobre el clima, qué tan tonto era Baekhyun, los ensayos o qué cenamos el día anterior, y así. También me mencionaba sobre cómo se llevaría a cabo la competencia y cuáles participantes eran un peligro para ganar.
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Espuma, Canela y Sal / KaiSoo
FanfictionBailar tango era uno de los hobbies favoritos de Kyungsoo, quien se vio obligado a buscar una nueva academia tras el cierre de su anterior escuela. Kim Jongin se autodenomina el mejor bailarín en el ritmo, pero todo parece perder sentido cuando no...