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[Las palabras habladas o mencionadas en español estarán escritas con cursiva]

Luego de que la última pareja hiciese su acto en el escenario, un conjunto de artistas cantaron e interpretaron ciertas canciones antes de dar cierre a todo el evento. Sabíamos que duraría casi una hora según la grilla, por lo que por supuesto el tiempo en espera fue clave para ponerme de los nervios durante los últimos cincuenta minutos.

Jongin aguardaba sentado a mi lado, aunque él ya no parecía tan inconcluso como yo, sino que no dejaba de quitar la mirada a su teléfono durante todo el rato.
Por otra parte, Naeun y Sehun fueron los que más iniciaron conversación entre nosotros, opinando sobre las distintas coreografías vistas y los vestuarios de los bailarines.

—Personalmente me gustan más los colores oscuros para los vestidos —afirmó Naeun hacia su compañero, quien le asintió de acuerdo mientras apoyaba el mentón en su mano—. Me quedan bien.

—Sí.

—Simplemente hay que saber destacarse con el indicado —prosiguió ella—. Cuando fui al baño hace unos minutos, escuché a una de las mujeres de Estados Unidos que había roto su vestido. Si a mí me pasase eso, me doy por muerta.

—Bienvenida a mi mundo —murmuré.

—¿Rompiste tu traje?

—Ajá —dicho esto, bajé un poco el hombro del saco para que pudiese ver la rotura de la camisa.

—Nunca cambias, ¿eh?

—Es de la suerte.

Me hundí de hombros ante las carcajadas de ellos y di un rápido vistazo a Jongin, en un intento vago de tratar de insertarlo en la conversación. Simplemente no quería que siguiese dándole vueltas al tema de su abuelo, ya que sentía que ahora necesitaba distraerse de aquello.

—Oye —susurré hacia él, logrando contener su mirada por un momento—, me dio hambre.

Su ceja izquierda se levantó en un gesto de ironía. Y le entendía, solamente a mí se me ocurría comer en un momento así.

—En el bolso hay galletas saladas, creo —musitó—. O alfajores, no recuerdo.

—¿Quieres que te traiga algo?

—No.

Uní mis labios en una línea y asentí.

Obviamente le iba a traer algo, porque él tampoco había comido desde hacía horas.

Así que me largué sin decir nada más y caminé hacia los vestuarios en busca del bolso de Jongin. Allí encontré las galletas que él había mencionado y traje un par de ellas para compartirle. A su vez, oía al presentador del evento decir algunas cosas, aunque claramente no entendí ninguna de ellas. La gente comenzó a aplaudir ante eso y giré para tratar de entender algo, mas la idea fue nula, así que regresé con los demás como si nada.

—Come algo —fue lo primero que pronuncié al mirar a Jongin. Este negó con su cabeza, pero fui más rápido y logré insertar una de las galletas en su boca. Fue gracioso, no iba a negarlo.

—¿Por qué? —Cuestionó mientras comenzaba a masticar de mala gana.

—Porque no has comido nada. Y no quiero que te desmayes en medio del escenario cuando recibamos el primer lugar. Seríamos vergüenza nacional.

—Eres un exagerado.

—Y tú tonto.

—¿Quieres que te diga qué eres tú?

Espuma, Canela y Sal / KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora