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Comencé a buscar con la mirada el edificio en el que vivía Naeun. Había anotado la dirección en un papel antes de venir hacia aquí, así que leí bien lo escrito y la numeración de los edificios a mi frente.

No fui tan afortunado esta vez de que Jongin me diera un aventón, ya que él debía hacer algo antes y terminaría llegando por su cuenta. Pero al menos lo había convencido de venir, algo que no se esperaba en un principio.

Una vez que di con el edificio que buscaba, ingresé en este y toqué el piso que pertenecía a Naeun.

Esperé paciente, dándole un último vistazo a la hora para verificar que venía temprano.
También sostuve fuerte entre mis manos la bolsa en la que traía un pequeño presente para ella. No era nada en especial, solo un pañuelo rosa que me pareció bonito para ella en invierno.

La puerta a mi frente se abrió, enseñándome a Naeun con su encanto habitual al regalarme una sonrisa de su parte. 

—¡Viniste! —Ante esto, no pude evitar sonreír—. Creí que vendrías con Jongin —esta vez ella dejó escapar una leve risa.

—No, él vendrá luego. Eso espero.

Alcé mis cejas de solo pensarlo. Aunque no creía que él era el tipo de persona que descartara un compromiso sin avisar antes. Así que no me preocupé realmente.

—Feliz cumpleaños.

—¡Gracias! —Exclamó, asintiendo con su cabeza al juntar las manos, a lo que le sonreí en repuesta—. Pasa —ella hizo una seña con su cabeza, dándome lugar para entrar.

Asentí con respeto e ingresé con cuidado, dando un rápido vistazo a mi alrededor. Luego procedí a quitar mis zapatos y dejarlos a un costado, hasta que oí la voz de Sehun desde el otro lado.

—Tiré el agua en la alfombra —mencionó en voz alta, captando la atención de Naeun rápidamente.

—¡Sehun! ¡Es una alfombra nueva!

Terminé con lo mío entre risas, al igual que los demás por lo sucedido en la sala.

—Pasa tranquilo —me dijo Naeun antes de darse la vuelta—, voy a buscar algo para limpiar.

Le hice caso, dirigiéndome hacia Sehun mientras observaba la habitación levemente decorada con algunos globos y guirnaldas de colores. También reconocí algo de música pop sonar por un reproductor.

—Hola —Sehun me saludó, moviendo su mano en el aire. Estaba poniendo paños de papel absorbentes sobre el suelo, pero parecía divertido por el asunto.

—Hola. ¿Quieres que te ayude? —Le pregunté.

Él negó con su cabeza.

—Ya termino.

Di un asentimiento y me moví hacia un lado de la sala, observando cómo Naeun regresaba hacia nosotros con algo en la mano para terminar de limpiar lo hecho por Sehun.

—Oye, Kyungsoo —se dirigió Sehun hacia a mí—, antes de que venga Jongin, dinos: ¿todavía nos odia?

Él comenzó a reír, llevando el dorso de su mano a su boca, mientras que Naeun le empujó el hombro, riendo solo un poco.

—No los odia —respondí, moviendo mi cabeza en negación—, es un bobo.

—Parece alguien interesante —comentó Sehun—, pero como que no da mucho margen para hablar.

—Digamos que primero te muestra su lado malo antes de mostrarte el bueno. Aunque el malo perdura luego, pero ya es soportable. De todas formas —me hundí un poco de hombros al decir esto—, yo no voy a hablar por él. Puede defenderse por sí mismo.

Espuma, Canela y Sal / KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora