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—Jongin, para —intenté detenerlo un poco nervioso.

El moreno llevaba ya rato golpeando los cuerpos desnudos de Yifan y Park y para mí se le estaba yendo la mano. Por suerte lo había convencido de no hacer nada extremista pero, a cambio, los humilló de infinitas formas frente de mí, mientras aguardaba sentado en el sillón de su despacho.

—¿Creen que ya es suficiente? —Les cuestionó Jongin entre respiraciones pesadas y con una ligera capa de sudor en su frente.

—No, señor —respondieron al unísono sin quitar la vista del suelo.

Jongin se giró a verme.

—Ya los oíste.

Una nueva patada fue a parar a las costillas de cada uno, causando la risa de Jongin, quien luego de aquello dio una nueva calada a su cigarrillo.

Con una rápida mirada se detuvo en Yifan y para asombro mío, apagó el cigarro que traía encima sobre la piel de su pecho, causado un leve jadeo de su guardia, el cual supuse aguantaba, porque eso debía doler como la mierda.

Se acercó hasta quedar de rodillas frente a ellos y jaló del cabello de ambos para que lo mirasen a la cara.

—La próxima vez les cortaré las bolas. No jueguen con fuego —escupió en el rostro de ambos y se puso de pie—. Larguense de aquí ya.

Los dos jóvenes hicieron una venía hacia él y se retiraron de la habitación sin emitir algún sonido.
Me perdí algunos segundos observando las manchas de sangre en el suelo hasta que sentí los pasos de Jongin acercándose hacia mi.

—Podía haberlo hecho peor —musitó uniendo su mirada con la mía.

—Fue más que suficiente.

—Como sea. ¿Quieres algo más, bebé?

El pecho de Jongin seguía subiendo y bajando rápidamente por su respiración. Sólo atiné a posar una de mis manos en su corazón y liberé un suspiro.

—Tendré más cuidado conmigo. No puedes estar detrás mío todo el tiempo, sino no tendría sentido ser tu asistente.

—Mira Kyungsoo. —Sonrió, lanzando el cigarro en el suelo para destruirlo con la suela de uno de sus zapatos—. El día en el que me demuestres que puedes cuidarte solo, te creeré. Solo acata mis órdenes.

—Haré lo mejor que pueda —susurré.

—Limpia el suelo, tengo que hablar con uno de los Kim. Luego vendrás conmigo que quiero enseñarte unas cosas.

Asentí y esperé a que Jongin se retirara para buscar algo con que sacar aquella sangre.
Una vez conseguí todo en el baño, volví a la habitación y dejé todo en el suelo para empezar con ello. De reojo me percaté que Minseok aguardaba en el marco de la puerta con una sonrisa en sus labios.

—Al parecer alguien recibió su merecido —murmuró antes de entrar y cerrar la puerta tras de sí.

—Ni que lo digas. Ha sido terrible.

—Es muy interesante la oficina del jefe, ¿no? -comentó de repente mientras observaba las cosas alrededor.

—Es como cualquier otra, creo.

No presté atención a su presencia y seguí pasando el trapeador hasta que no quedó nada a la vista.

—Ya vengo, voy a guardar esto —miré a Minseok, quien asintió y salí hacia el baño nuevamente.

En el camino casi tropecé con mis propios pies debido a que me distraje pensando en que debía llamar a Sehun. Algo me decía que lo hiciera. Tomé mi teléfono y marqué rápidamente el número de Hun.

Love Shot / KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora