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—Cierra los ojos, Soo.

Percibía la leve risa de Jongin a mi lado, pero no me parecía muy gracioso.

—No seas tan dramático.

—Voy a ser todo lo dramático que yo quiera.

—Si te mueves te va a salir chueco y me reiré el resto de mi vida por ello.

Tomé aire y le hice saber al tatuador que estaba listo. Segundos después comencé a sentir el pinchazo en mi cadera y tomé fuerte la mano de Jongin. Se sentía como la mierda y Jongin se cagaba de risa a mi lado. Lo miré de mala gana y volví a cerrar los ojos ante la sensación.

—¿Por qué "ochenta y ocho"? —Le pregunté para quitarme el sonido taladrador de aquella cosa.

—Es mi número favorito. Además de la deuda de tu hermano —dijo y sonrió con burla.

—Jongin, eso no es significativo —me quejé.

—Gracias a esa mierda te conocí.

Cuando finalmente terminó el trabajo, observé el pequeño "ochenta y ocho" en mi cadera, en el mismo lugar que el que Jongin lo tenía.

Recibí las indicaciones del tatuador y luego acompañé a Jongin porque quería hacerse otra perforación más en su oreja.

—Jongin, tus orejas son coladores.

—¿No quieres hacerte uno? —Sonrió tranquilamente como si ningún tipo le acababa de meter una aguja en su cartílago.

—No, gracias.

Miré la peculiar escena con cierto asombro y temor. ¿Cómo mierda me gustaría eso?

El zumbido de mi teléfono llamó por completo mi atención y me alejé de la pequeña sala para poder contestar.

—¿Hola?

—¿Kyungsoo? —Distinguí la voz de Yixing al teléfono—. ¿Estás con Jongin, cierto?

—Eh, sí. ¿Pasa algo?

—No, nada. Es que tenía una duda. No importa. Nos vemos luego. Dile al jefe que hay un gran problema aquí.

—De acuerdo. ¿Es algo grave?

Yixing cortó la llamada y fruncí el ceño. No podía distinguir el tono de su voz, aunque no noté molestia al menos. Tampoco recordaba haberle dejado mi teléfono.

Regresé con Jongin al momento justo en el que estaba por retirarse del cuarto y aguardé por él en la entrada del local.
Lo escuché despedirse del tipo y volvió hacia mí.

—¿Sucede algo?

—Mejor pregúntale a tus chicos, quizás a ti te obedezcan.

No era la primera vez que Yixing me negaba información o me evitaba cosas. Había llegado a un punto en el que esa actitud me cansó.

Jongin no comprendió de lo que hablaba, así que tomó su teléfono luego de ingresar al coche y marcó un número.

Encendí el motor y nos dirigí hacia la casa mientras escuchaba atentamente la conversación.

—¿Qué pasa? —Cuestionó sin saludar—. ¿Ahora?

Jongin me hizo una seña de que detuviera el auto, así que obedecí y lo aparqué a un costado de la calle.
Bajó del auto y rodeó el coche hasta quedar de mi lado, haciéndome un ademán para que bajara. Confuso salí de allí y me senté en el copiloto, antes de que comenzase a conducir en otra dirección.

—Dile que me puede chupar bien la polla.

Colgó el teléfono, y me lo lanzó en el regazo haciéndome sobresaltar por su cambio de humor.

Love Shot / KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora