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  Gemía fuertemente mientras montaba a Jongin con locura, llenándome de su miembro caliente en mi interior.
Su mano derecha daba sonoros azotes a mis glúteos y la otra se cernía con fuerza sobre mi cintura mientras él murmuraba incoherencias por sus labios.

No recordaba bien cómo habíamos terminado teniendo sexo en su habitación. Solo fue de imprevisto cuando intentaba volver a casa, pero él me detuvo con un ardiente deseo.

O Jongin era muy fuerte sobre mí o yo era muy débil. Porque estaba molesto. Sin embargo aún así accedí a revolcarme con él.

Sentía la piel de mi trasero arder con cada nalgada, al punto en el que me causaba cierto dolor y tuve que parar.

—Ya está —me detuve de repente, pero él siguió impulsando sus caderas con la ayuda de sus piernas.

—Estoy muy molesto —afirmó, sin cesar sus movimientos.

—¡Ah! —Recibí otra palmada y detuve su mano en seco—. No tienes que ser tan brusco. ¿Te crees que yo no lo estoy?

Jongin me miró fijamente, pero a cambio, invirtió nuestras posiciones y ahora tenía todo el control de la situación.

—Detesto que me mientan en la cara —le oí susurrar en mi pecho antes de comenzar a besar y morder la piel. Debido al tiempo que tardaba, supuse que quería marcar bien los chupones y suspiré intentando calmarme, porque sino me iría de allí sin más, pero ya estaba más duro que él como para atreverme a hacerlo.

—No te estoy... ¡Ah! —Grité por una fuerte estocada—. No te estoy mintiendo...

-¿No? —Él siguió empujando con más fuerza dentro de mí. Percibí que estaba a punto de acabar al igual que yo—. ¿Acaso Yifan te coge mejor que yo cuando va a tu departamento? ¿O Wang? ¿Te gusta que te cojan todos?

Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.

Con una última estocada lo sentí correrse dentro con furia. Mi cuerpo me traicionó y también me liberé sobre mí abdomen entre algunos jadeos y mi boca en busca de aire.

Jongin no podía estar hablando de aquello. No, debí haber oído mal. Seguramente. ¿O no...?

Siguió esparciendo cupones en todo mi torso mientras reía por lo bajo. Atiné a quedarme quieto y escuchar atentamente a cada palabra que pronunciaba.

—Te destrozaría tu bonito culo, pero ya mejor lo pagarás más tarde —musitó bajando hacia el interior de mis muslos, besando y mordiendo la piel a su vista—. ¿Cómo es que te burlaste todo este tiempo en mi cara?

Quise abrir mi boca, pero las palabras no salían. Sentía la lengua seca y mi voz atorada en la garganta.

—Lindo bebé... te gustan los chicos malos.

Su lengua volvió al camino de mi bajo vientre y subió con la humedad de la misma, lamiendo cada rastro de esperma en mi piel.

—Haremos las cosas así... —susurró. Terminó por incorporarse y se sentó entre mis piernas con una sonrisa ladina en sus labios. Su mirada estaba llena de odio, pero de burla también. No sabía cómo tomar aquello-. En estas horas que estuviste vaya a saber uno dónde, descubrí varias cosas que no me gustaron. Aunque ya debes saber cuáles son. Soy un maldito ingenuo, Kyungsoo. Hasta me creí que me quisiste —negó con la cabeza—. Voy a darte crédito por ello, lo hiciste muy bien.

—Jongin, no...

—¡¡No digas mi nombre!! —Su grito me tomó por sorpresa que creí que me golpearía en el rostro, pero ni siquiera se movió.

—Yo sí te amo.

—Yo amo tu trasero. Creo que no nos estamos entendiendo.

—No he hecho nada de lo que imaginas...

Love Shot / KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora