Epílogo

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Corrí con rapidez de la mano de Jongin y con una sonrisa enorme en nuestros rostros, porque la suya me incitaba a expandirla más.

Podía sentir aquella adrenalina por cada vena y cada vez que miraba en sus ojos, me transmitía la misma seguridad de siempre.

Nos gustaba saltarnos las reglas de Yifan por alguna razón y este se molestaba mucho, pero no le nacía despedirnos, porque le habíamos dado todo lo que quería.

Él nos dijo: "Ni se les ocurra robar algo en ese lugar porque las alarmas se dispararán de un momento al otro. Esperen a que yo llegue antes"

Pero Jongin me dijo: "Si abres la caja fuerte, el Mustang es tuyo"

Y mierda que quería ese Mustang.

Y JongIn quería molestar a Kris un poco.

Nos escondimos en el auto de Jongin. Corrección: mi auto, a esperar la llamada de Kris diciéndonos que cagamos su plan y tuvo que deshacerse de ese tipo sin interrogarlo antes.

Las alarmas podían oírse en toda la casa como el sonar de las sirenas.

Él auto estaba lleno de carcajadas por parte de los dos, encogiéndonos en el asiento por la risa mientras nos empujábamos levemente el uno con el otro.

—Le diré que todo es tu culpa. —Rio Jongin, señalándome—. Me haces pecar.

Abrí mi boca por asombró y lo empujé una última vez, causando su risa floja.

—¡Has sido tú, mentiroso! Este auto es mío.

—Sabes que no rompo mis promesas, bebé.

  Él insertó la llave para poner en marcha el motor y comenzó a dirigirse lejos de allí.

—¿Por qué no me dejas manejar entonces?

—Porque ya me subí primero y no voy a detenerme solo para darte el mando mientras la gente de ese tipo nos persigue.

—¿Y a dónde planeas ir?

—Al puerto.

—¿Con Jongdae?

Asintió.

—Nos dará algo de tiempo, no nos buscarán allí.

Él teléfono de mi bolsillo comenzó a sonar y JongIn rio por lo bajo.

-Desgraciado —musité hacia él.

—Bonito auto el tuyo.

Atendí la llamaba que bien supuse era de Kris y respiré profundo antes de oír su voz del otro lado.

—¡¿Se puede saber por qué mierda hicieron eso?! —Gritó.

—Fue idea de Jongin.

El moreno me arrebató el teléfono de las manos y se lo llevó al otro lado.

—Es un mentiroso, cuando llegue a casa lo voy a educar. ¿En dónde estás?

Rodé mis ojos por su tontería, que no pude evitar ocultar mi cara entre mis brazos.

—Salió mejor de lo que esperábamos entonces. —Sonrió, aún al telefono—. Sí, ahí vamos. Dice Kyungsoo que va a invitarte a cenar con lo que tomó.

Volteé a mirarlo en el momento justo en que cortó la llamada. Este me tendió el teléfono otra vez y dejó su mano libre en uno de mis muslos.

—Te odio —murmuré.

Tomé la cajetilla de cigarros que tenía en un costado del asiento y lo encendí. Le di una calada y me eché sobre el asiento, observando la noche estrellada sobre mi cabeza.

Love Shot / KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora