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Observé la hora en mi teléfono luego de abrir mis párpados tras un largo día de sueño. Marcaba recién las tres de la mañana. 

Prácticamente había estado durmiendo todo el día. Y no me arrepentía, porque me había sentido cansado y derrotado en la mañana. Al menos el dolor de cabeza había desaparecido, pero a cambio se intensificaron los que eran a causa de golpes.

Con una mueca de disgusto en mi rostro logré enderezarme contra el respaldar de la cama, soltándome del agarre de Jongin en mi espalda.

Este seguía durmiendo sin inquietarse. Lucía relajado y menos tenso que ayer, algo que logró calmarme un poco.
No acostumbraba mucho ver a Jongin dormir, pero cada vez que lo hacía, era una de las mejores cosas que había visto. Porque parecía un niño. Dejaba entrever aquella dulzura que supuraba por sus poros. Todo él era una belleza que deseaba proteger cada vez que cerraba los ojos y se permitía llevar en los brazos del sueño.

Me envolvía entre la curva de sus labios entreabiertos, llenándome de ganas de querer tocarlos aunque sea un poco.
Sólo Jongin podía causar aquello.

Revisé mi teléfono una vez más, encontrando mensajes y notificaciones de redes. Pero casi salté al ver allí mensajes y llamadas perdidas del mismo número, que según databan los mensajes, era de Sehun.
No había pasado mucho tiempo desde que las hizo, más bien, mejor dicho, solo minutos. Quizás me había levantado a causa de la vibración del teléfono, ya que estaba en silencio.

Opté por levantarme despacio de la cama sin despertar a Jongin y me dirigí a la cocina de la sala. Llevaba demasiado tiempo sin comer algo que mi estómago rugió de inmediato al ver un paquete de galletas dulces en la encimera.

Esperé a que Sehun atendiera mi llamada mientras llevaba hacia mi boca galleta tras galleta.
También me detuve un momento a observar a mi alrededor, donde todo el alboroto reinaba por todas partes.

—¿Kyungsoo? —Pronto fui capaz de escuchar la voz de Sehun del otro lado y solté un suspiro, tranquilizándome por saber que estaba con vida, al menos.

—Sehun, ¿estás bien?, ¿Dónde estás?

—Eso quería preguntarte a ti. Me enteré de que acabaron con el clan de Jongin, ¿cómo es eso?

—¿Por qué te importa?

—Porque creí que estabas muerto.

Bueno... Sehun era todo un caso.

—No, no lo estoy —bromeé.

—Ya me di cuenta.

Callé un momento. No sabía muy bien cómo plantearle que necesitaba saber que estaba bien, que no había vuelto a sus andadas y tenía un lugar donde quedarse.

—Bien —suspiró—, no te mueras entonces.

Sonreí de solo oír eso.

—Sehun...

—Sí, estoy bien.

—Perdón por lo que hice, es que... —¿cómo se suponía que le diría que me arrepentía de haberlo echado de casa?

—No importa. Tenías razón. No volveré a aprovecharme de ti.

—Me da gusto que lo sepas, pero quiero verte. No me odies.

JongIn apareció de repente por la entrada de la cocina y se me quedó viendo un momento. Lentamente se acercó hasta la silla de en frente y se sentó para comenzar a comer las galletas del paquete que traía conmigo.
Le tendí la bolsa y seguí esperando por una respuesta de Sehun bajo la fuerte mirada de Jongin.

Love Shot / KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora