14

212 33 0
                                    

  Abrí mis ojos con una increíble pesadez digna de una resaca por tragos. Aunque sabía que en este caso no era por culpa del alcohol, ya que el dolor de cabeza que se extendía más y más era causada por un golpe que nunca supe de quién provino.

Podía distinguir los bonitos ojos marrones de Jongin observarme con preocupación, tan cercano a mí que comenzó a repartir pequeños besos en mi frente y cabello.

Estaba sentado sobre su regazo mientras reposaba mi cabeza en su hombro. Jongin se apoyaba contra la pared de aquella vacía habitación de la cual solo tendía una lámpara en el techo de la misma.

—¿Estás bien? —Su dulce voz susurrada me hizo incorporarme de mi comodidad y me topé con su expresión tranquila.

—¿Qué hora es? —Cuestioné, intentando buscar algo inexistente en el cuarto.

Jongin miró su reloj en la muñeca de la mano.

—Solo ha pasado una hora. No he vuelto a oír nada.

—¿Quién me golpeó?

Acaricié la zona de mi cabeza en donde el golpe había sido dado. Me sorprendió no haber encontrado sangre.

—El mismo idiota que te trajo. Aunque no sé por qué a ti.

Me levanté de las piernas de Jongin y un fuerte mareo me invadió al igual que mi vista se había oscurecido por unos segundos. Jongin se arrodilló frente a mí y me sujetó por los hombros.

—Despacio —musitó—. Por poco y no te matan.

Con ayuda de él logré sentarme a su lado, donde una vez allí me atreví a respirar con profundidad, recordando todo lo que había pasado horas atrás.

—¿En dónde estamos?

Fijé mi mirada en la de Jongin y este permaneció quieto a mi lado, con la misma expresión de siempre.

—Creo que es un edificio de el clan de Junmyeon. De aquí provenía la llamada que ingresó a tu teléfono la última vez. ¿Conocías el número?

Negué despacio con mi cabeza.

—Ni siquiera lo tenía agendado. ¿Por qué crees que me han llamado?

—No lo sé, pero creo que han querido que rastreemos el lugar a propósito. De lo contrario no tendría identificador el número, es una mafia, no son tan estúpidos como para pasar eso por alto.

Jongin lucía pensativo, pero no había atisbo de miedo en su mirada, no.

¿Donde estarían los demás? ¿Por qué no nos habían rescatado?

—Kyungsoo, en serio —suspiró—. Como seas tú quien está detrás de todo esto, me aseguraré de llenarte el culo de plomo, ¿me entendiste?

—¿No que no te equivocabas con las personas? ¿Por qué dices que fui yo? De hecho, desde tu corazón... ¿crees que fui yo?

Le tomaron solo un par de segundos para comenzar a negar con su cabeza débilmente.

Me relajé ante aquello y llevé una de mis manos hacia su mejilla para comenzar a acariciarla con delicadeza.

—Es que... he visto todas las pruebas y todas ellas llevan a ti.

Desvió su mirada apartando mi mano de su rostro, pero despacio.

—¿Qué has visto? Dímelo.

—Sehun no fue a tu departamento a buscar nada. Yo mande a alguien para que buscara los papeles que desaparecieron de mi despacho... Y allí estaban. Tú los tenias.

Fruncí mi ceño.

—Jamás he tomado nada de tu despacho, lo único que tomé fue la pistola del cajón hoy y tú me has visto.

Love Shot / KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora