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Mis manos sudaban y temblaban a medida que el ascensor bajaba hasta el último piso subterráneo de aquella casa.

En el trayecto me dediqué a pensar en cada cosa que le diría a JongIn una vez lo tuviese al frente. Quería gritarle, quería odiarlo, quería amarlo y volver a gritarle.
Dejaría que me hiciera suyo delante de todos si de esa forma regresaría a mi lado. Pero eso ya era algo extremista que esperaba no correr.

Cuando finalmente las puertas se abrieron, Kris esperaba del otro lado con una mirada preocupada, pero con el fantasma de una sonrisa en su rostro.

Él dedujo mi próximo movimiento, abriendo sus brazos hacia mi en el momento en que prácticamente corrí hacia él. Me envolvió con ellos algo confundido, pero no molesto y eso era algo que apreciaba bastante.

—¿En serio no están saliendo? —Oí a Chanyeol preguntar con una mirada curiosa.

—Se llama compañerismo —Kris se acercó para enfrentarlo—. Apréndelo.

Chanyeol sostuvo su mirada un momento y luego rodó sus ojos para caminar hacia los demás.

—¿Qué hacemos ahora? —Preguntó Jongdae mientras observaba el pasillo en donde estábamos.

De alguna forma esta parte de abajo era mucho más sofisticada que los pisos de arriba. Las paredes eran de un suave color gris, donde cada ciertos metros había una pintura en un cuadro. El suelo se cubría con una finísima cerámica blanca con detalles geométricos oscuros en algunas zonas y brillaba como si acabase de ser limpiado. A excepción de la sangre que había en ella.
Bordes dorados remarcaban el centro de un gran salón, en un enorme cuadrado.
También algunas macetas con plantas decoraban la zona de manera elegante y pulcra y paredes con decoraciones de mármol azuladas en una parte superior.

—Pues acabamos con todos los tipos de este sector —habló Yifan—. Es imposible que no sepan que estamos aquí. Sigilosos no fuimos y al detonar aquellos explosivos en la entrada de ese túnel, menos. Ya nos deben haber visto en las cámaras de seguridad, aparte. Lo que me pregunto es por qué no han venido por nosotros aún. Lo más probable es que nos estén tendiendo una trampa y nos interceptarán nada más crucemos a aquel salón. —Señaló un salón enorme completamente vacío, el cual llegábamos a través de un pasillo ancho con más retratos—. Y sabemos que el jefe está por allá. No nos sirve de nada retroceder por donde vinimos.

—¿Entonces estamos atrapados? —Pregunté.

—Algo así.

Busqué en donde estábamos indicios de alguna cámara, pero las únicas que habían estado allí, fueron destruidas al parecer por alguno de los chicos.

—¿No hay micrófonos? —Volví a cuestionar, divagando mi mirada en cada rincón de la habitación.

—No —negó Kris—. El tipo que traje conmigo dijo que había de esos en la sala de reuniones de arriba nomas.

—¿Y si te mintió? —Habló a Yifan.

—Me follaré a su novia y luego la mataré. No creo que a él le haya gustado eso para mentirme.

—Qué tal si... —Chanyeol llamó nuestra atención mientras observaba con detenimiento el pasillo por donde ellos habían entrado recientemente.

Calculaba que la entrada del bosque debía de quedar cientos de metros más lejos.

Chanyeol comenzó a caminar hacia esa dirección, devolviéndose hasta unos pasillos más grandes que llevaban a un cuarto largo iluminado por paneles de luz blanca en la parte superior y una puerta de cristal en el fondo que separaba la entrada exterior por un túnel vertical del cual se extendía una escalera incrustada en el concreto.
También había una puerta de acero corrediza en la entrada del cuarto, pero gracias a la abertura de la misma, pudimos ingresar.

Love Shot / KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora