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Haruna estaba arropada en el sillón de su salaLe dolían las piernas y las rodillas, el abdomen y las caderas, su vientre ni se diga, tenía parte de la cara hinchada, tenía demasiado cólicos y unos que otros bajones de energía, el cuerpo lo sentía bastante pesado, y sus ganas de hacer cualquier cosa se iban desapareciendo poco a poco, llegando al extremo de tan solo pensar en dicho dolor.
Estaba en esos días del mes, dónde realmente todo se iba a la fregada, y tan solo quería dejar de ser mujer por esos pocos días.
Su periodo era más que un tanto especial.
Tenía una secuencia bastante predecible, pero a la vez realmente insoportable.
Día 1
El dolor apenas en marcado, no suele tener muchas ganas, pero hace lo que puede, y se da un tiempo para analizar su cuerpo, mientras Trata de asimilar por lo que va a pasar.
Día 2
El dolor y las ganas por romper, golpear o gritarle a alguien son bastantes visibles, su actitud tiene cambios bastantes delicados, por lo que su pareja suele cuidar sus palabras en algunas ocasiones, sin decir que comienza a dudar de el más mínimo detalle de su cuerpo, su ropa o su cabello, teniendo una crítica que la lleva a una pequeña depresión.
Día 3
Los antojos por dulces se hacen presente, más que todo por los chocolates y las gomitas, por alguna extraña razón, esos antojos la suelen calmar, haciéndola pasar un rato agradable, y aunque no es de comer mucho dulce, es una de las mejores técnicas.
Día 4
La sensibilidad que tiene en ese día suele ser Bastante frágil, con tal solo ver una escena triste, oír una palabras deprimentes, o ver un momento emotivo la hacen crear un mar de lágrimas mientras comienza a valorar muchas cosas
Aveces son pocos días, y otras veces son más, todo dependiendo de su actitud y de sus gustos o acciones en los días.
En esos momentos, se encontraba en el día 3 de su periodo, y se encontraba sola desde la mañana.
Goenji le había dejado unas gomitas en su mesita de noche, pero se las comió apenas las encontró, que fue hasta cerca del despertar, por lo que en todo el día, no había probado algún otro dulce, cosa que la entristeció, pues no sabia cuánto tiempo estaría sola, además de que la tienda más cerca, estaba a 10 cuadras de su casa, y no tenía ánimos para salir
Su mirada estaba fija en la televisión, mientras pasaban un programa de chistes absurdos, que usualmente va dirigido a las personas de la tercer edad, y como estaba bastante indecisa y bloqueada de ideas, simplemente se sentó a ver qué se le ocurría, que en dos horas, fueron un nada, bastante grande.
En eso, su puerta se abrió, su perrita salió corriendo enseguida al oír los pasos, pero ambas ya sabían de quién se trataba.
Goenji ingreso a la sala, con la perrita en brazos, mientras sonreía.
Su mirada viajo a su novia, quien lo esperaba atenta en el sofá, a espera de un abrazo y un beso.
El chico sonrió al entender lo que quería, bajo a la perra con cuidado, para acercarse a ella, Haruna rápidamente lo abrazó, tirándose en él, haciendo que perdiera el equilibrio, y cayera hacia atrás.
Kiki, su perrita, comenzó a correr alrededor de ambos, mientras ladraba, la situación era cada vez más divertida desde su punto de vista, y quería unirse.
—¿Cómo sigues?
—No estoy enferma, pero si te refieres a mi periodo, mejor, ya no quiero morderte..
—No sabes lo agradecido que estoy, de oír eso...
Haruna rio y se levantó, para ayudarlo.
El día anterior estaba un poco molesta por qué él no le quería dar uno de esos chocolates con alcohol, por lo que intento morderlo durante todo el día, más que molestarse, le dió gracia
—¿Comiste algo? —Preguntó pasando a la cosina, dónde dejo unas bolas mientras Haruna lo seguía de cerca.
—Hize caldo.. —Dijo vagamente, mientras lo miraba desde una esquina de la cosina, con una pequeña sonrisa juguetona.
Goenji la miro, arqueando su ceja, mientras una sonrisa comenzaba a rondar su rostro.
Las miradas de ambos se quedaron fijas en el otro, esperando a ver cualquier movimiento.
—Ya vale.. —Susurró con un risita mientras se giraba Nuevamente— puedes comertelos..
—¡YIIIII! —Celebro saltando a tomar la bolsa mientras corría a la sala.
Goenji solo negó con suavidad, mientras secaba sus mano, tomando camino hacia la sala, antes de llegar Haruna corrió a sus brazos, tomándolo por sorpresa.
—Muchas gracias por todo esto, por siempre consentirme.. —Dijo con suavidad, mirándolo directo a sus ojos.
—No es nada.. si no lo hago yo ¿entonces quién?
Ella solo sonrío ante el comentario, no podía creer la suerte que tenía con ese chico, literalmente era lo que toda chica soñaba, y lo tenía para ella sola.
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Esta fue una de las sugerencias de una seguidora, assaldalo espero que logré cumplir tus expectativas.
Realmente Espero que les guste, y si tienen más ideas todas son bienvenidas
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🅀𝐮𝐞 🄻𝐚 🄲𝐚𝐬𝐮𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 🄽𝐨𝐬 🄳𝐮𝐫𝐞 🄿𝐚𝐫𝐚 🅂𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞
FanfictionEl mundo es un misterio, al igual que el amor, por lo tanto, buscamos su verdadero significado, sin importar el terreno del peligro.